La fundación mítica de Cusco se atribuye al también mítico Manco Capac, que sería el iniciador de la dinastía incaica. Venía del sur, del Lago Titicaca, con su esposa y hermana Mama Ocllo y se detuvo en la región de Cusco para fundar la ciudad, por indicación de Inti, el dios sol. El idioma que hablaban los incas es el quechua, que es una familia lingüística de los Andes centrales y que cobija muchos dialectos. Cusco es la capital histórica del país, porque lo fue de los incas y luego de los conquistadores, hasta que Lima fue elegida como la capital de la república. Cusco fue proclamada Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la Unesco y es considerada la capital arqueológica de América.
Se dice que el imperio de los incas tuvo 1.300 años de duración y el apogeo se extendió por escasos 100 años, que se sitúan entre los siglos XV y XVI. Los historiadores no se ponen de acuerdo en muchos aspectos del imperio y de los gobernantes mismos. En general se sostiene que fueron 13 los emperadores del apogeo. El más grande de todos fue Pachacutec. La verdad es que fuera del Perú, por las circunstancias de la conquista española, suenan más nombres como Atahualpa, Huáscar y Túpac Amaru. Pachacutec llegó al poder en 1438, 50 años antes de Colón. Agrandó y unificó el imperio cuyos límites eran por el sur las orillas del río Maule en Chile y por el norte el departamento de Nariño en Colombia. Este inmenso territorio, el Tahauantinsuyo, era unido por 20.000 kilómetros de caminos incas, hechos en piedra. Esta obra colosal de ingeniería es considerada tan importante como empresa humana y comparada con la gran muralla china. Estos caminos permitieron mantener la unidad del imperio y tenerlo sometido a la férrea mano del gobernante. Los chasquis eran los mensajeros que recorrían los caminos. Los wari, es la verdad, habían comenzado ya a construir parte de esta enorme red de caminos que fue aprovechada por los incas. Pachacutec, hábil político, recuerda a otro gran conquistador de la historia, Alejandro Magno. Como él, Pachacutec supo respetar a los reyezuelos que iba sometiendo y les permitió seguir gobernando sus regiones, siempre bajo el mando supremo del inca. A lo largo de 50 años Pachacutec se dedicó a consolidar el imperio, cuyo límite por el oriente era la selva amazónica y el Océano Atlántico por el occidente. Los cuatro puntos cardinales del Tahuantinsuyo eran el Contisuyo, el Collasuyo, el Antisuyo y el Chinchaysuyo.
Pachacutec fue quien construyó ‘la moderna’ ciudad de Cusco y la diseñó en forma de puma, animal sagrado para los incas. El pecho del animal estaba y está en la Plaza de Armas y la cabeza en la fortaleza de Sacsayhuamán, que es la gigantesca defensa construida a dos kilómetros de la ciudad y en la que todos los años, el 24 de julio se celebra la gran fiesta del Intirai, en honor del dios sol y a la que acuden miles de turistas de todo el planeta.
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