Un campeón olímpico gana porque cree que puede, se apasiona, se compromete y da lo mejor de sí.
Para estar en la cumbre no necesitas suerte, necesitas entrega y confiar que puedes.
Un sabio Maestro le dijo a un discípulo: Hay muchas frases fatales, pero la peor de todas es “no puedo”.
Tú eres el jardinero de tu propio jardín y siembras lo que tú quieras, cactus o plantas florecientes.
Siembra lo mejor, cultiva con esmero y riega siempre porque en la vida también hay inviernos secos.
Acepta que las dificultades te forman y con una fortaleza ejemplar decide crecer con ellas.
No pidas perfección y sé cada día más paciente con tus límites y con las imperfecciones de los demás.
La vida no es de certezas, es de aprendizajes, y cada fracaso te enseña algo valioso.
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