Bien se sabe que la muy antigua palabra griega Política, refiere la pregunta por la relación con los demás; con el hecho de que en el mundo viven personas muy diferentes entre sí; con el hecho de que en este planeta hay otros con los que es necesario aprender a convivir. El término Política implica una acción y una forma de conocimiento que tiene por objeto la diversidad de los seres humanos. Eso somos: diversos, complejos, con intereses particulares, con sueños y esperanzas de tener un mundo mejor en donde podamos ser felices.
También sabemos que, en consecuencia, las sociedades contemporáneas son complejas y precisamente por esto reconocemos que la ciudadanía debe pensar con sumo juicio las decisiones respecto de la selección y escogencia de los candidatos aspirantes a ocupar cargos de elección popular; asimismo, pensar en la naturaleza de los vínculos entre los candidatos y sus partidos; el impacto de las propuestas de quienes aspiran al poder. Es mucho lo que hay en juego en unas elecciones, máxime como las que estamos viviendo hoy en día en Caldas.
Es cierto: los caldenses debemos participar en las próximas elecciones para escoger el gobernador del Departamento. Ojalá escribiéramos en un papel las propuestas o exigencias que consideramos debe priorizar el futuro gobernante: educación, salud, cultura, transporte masivo, vivienda, empleo… Si por alguna razón dice que sí, que va a tener la ejecución de estas propuestas en el primer renglón de su agenda, entonces que firme. Y los ciudadanos guardamos este documento. Y en poco tiempo, miramos cómo van las cosas.
Ojalá los ciudadanos les diéramos ejemplo de qué planes y propuestas de desarrollo deben ser contempladas en sus agendas de gobierno. Ya lo hicimos con el mandato ciudadano por la educación y recientemente con la propuesta del Plan Maestro de educación. No se trata de ir solo a las urnas y esperar a ver quién resulta elegido y tener la esperanza de que haga cosas por y para todos. Esa esperanza de sentarse a esperar no conviene. Me parece que el camino no es éste; ya no es éste.
La ciudadanía conlleva el tener plena conciencia de que el ejercicio de la política es de cada uno. La participación en la organización de la ciudad con todo lo que esto implica, requiere que lo hagamos a través de la palabra como la prenda de garantía de convivencia y comprensión mutua, herramientas fundamentales de la democracia. De ahí que pensemos que es necesario que cada uno de nosotros pensemos en la ejecución de las buenas prácticas políticas y morales.
Quiero pensar que estas elecciones del próximo mes de agosto, para escoger Gobernador para Caldas, se convierten en una excelente oportunidad para que continuemos construyendo un gran escenario político y social en donde los prejuicios no tengan cabida; en donde la sensibilidad, la sindéresis y el respeto por los demás sea el pan nuestro de cada día.
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