Hay un ambiente de optimismo en cuanto al nivel de exportaciones alcanzado en el 2012, ya que según proyecciones de la DIAN, las ventas al exterior alcanzarán una cifra récord, superando los US$ 58.000 millones de dólares. Además, el DANE publicó recientemente su informe sobre exportaciones hasta el mes de noviembre, las cuales presentaron un comportamiento creciente. No obstante, hay que tener en cuenta que el 78% de las ventas al exterior correspondieron al sector minero energético, es decir que las exportaciones siguen siendo lideradas por petróleo, carbón y ferroníquel, otros productos tradicionales como los metales preciosos para llegar a una preocupante concentración del 78% del total.

Dada la coyuntura mundial, es previsible la tendencia bajista de los precios internacionales del sector minero energético, por lo cual el valor de las exportaciones colombianas y el saldo de la balanza comercial pueden afectarse en gran medida.

Por otra parte, a mediados del año pasado se dio a conocer la intención de avanzar tambien en Acuerdos de Libre Comercio con Israel, Japón y Rusia. Permanentemente hemos insistido en la necesidad de analizar con detenimiento sin dejarnos llevar por la moda y limitarnos a hacer aquellos acuerdos que tengan una importancia estratégica para Colombia en apertura de mercados a productos de nuestras exportaciones no tradicionales que tengan un verdaero potencial. No podemos pasar por alto que algunos TLC traen oportunidades comerciales mientras que otros tienen un mayor potencial de perjuicios.

En cuanto a Rusia se refiere, en el 2011 Colombia le exportó en su mayoría, productos agropecuarios ( el 62,8% de las exportaciones hacia este país) entre los que sobresalen flores, café, cacao, frutas como banano, melón, sandía, papaya, manzana, pera, cítricos, etc. También exportó productos alimenticios procesados (32,9%), juguetes y artículos para recreo, cuero, textiles, prendas de vestir, entre otros.

En el mismo período, Colombia importó desde Rusia principalmente químicos industriales (que representaron el 63,2% de las importaciones de Colombia desde Rusia), así como también material de transporte (especialmente aeronaves o sus partes y vehículos automóviles), metálicas básicas de hierro y acero, maquinaria eléctrica (como motores, generadores, aparatos eléctricos de telefonía), equipo profesional y científico, entre otros.

Es evidente entonces la existencia de cierta complementariedad entre estas economías, ya que el país soviético importa una considerable proporción de bienes de primera necesidad y de productos en los que Colombia tiene fortalezas, como los textiles, las confecciones y los productos de cuero; y Rusia puede suministrar a Colombia bienes esenciales para el desarrollo de los sectores productivos como maquinaria, equipos electrónicos y productos químicos. No obstante, una buena parte de productos exportados hacia este país son productos que carecen de valor agregado, por lo que ante la eventual firma de un TLC con Rusia, es importante analizar meas a fondo la competitividad rusa en maquinaria, bienes de capital , productos siderúrgicos y equipo en los cuales creemos que Colombia debería desarrollar una estrategia de cadenas productivas aguas arriba, que nos permita un mayor aprovechamiento de la bonanza minero - energética.

Estamos convencidos que la mayor exposición de nuestra economía a la economía internacional trae efectos benéficos en varios casos, pero por favor, no es la hora de insistir en la receta de apertura indiscriminada y sin estrategia que fracasó en varios países durante los últimos 20 años, máxime cuando la desindustrialización y pérdida de competitividad del agro en Colombia representan miles de empleos, ellos sí, fundamentales para la Paz.

*Vocera de la Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana