Darfur: coordenadas de un desastre es un libro interesante, escrito por el periodista y escritor español Alberto Masegosa, quien ha sido catalogado en la actualidad como uno de los más destacados corresponsales de guerra. Un analista que ha trabajado como corresponsal de la Agencia EFE en México, Johannesburgo, Rabat, El Cairo, Bagdad, Jartum, Mogadiscio, Freetown y Jerusalén. En efecto, tiene una amplia experiencia como en cubrimiento de conflictos y sus travesías por los confines africanos le han permitido a Masegosa adquirir un amplio conocimiento sobre las formas de vidas, los asuntos económicos, los antagonismos políticos, étnicos, raciales y religiosos de los africanos.

Es autor de varios libros: La última frontera, Crónica de un viaje al sur del Sáhara, Diario de Bagdad en coautoría con Ángela Espinosa y Antonio Baquero y Darfur: coordenadas de un desastre. Este último publicado por la editorial Catarata de Madrid, en donde plantea nuevos enfoques para comprender con más realismo las causas, tanto internas como externas del conflicto en la región sudanesa de Darfur.

Masegosa en este libro hace un relato sucinto pero profundo de un conflicto que se desató casi que al tiempo que Estados Unidos invadía a Irak y la atención mundial se fijaba en el desarrollo de la guerra contra el régimen de Sadam Hussein, entre tanto, entre el lago Chad y el valle del Nilo, en tierras sudanesas se desarrollaba otra guerra: la de Darfur, conflicto que por las escaladas de crímenes en los meses siguientes acaparó la atención de las primeras planas de los principales diarios en el mundo.

Masegosa desentraña las causas del porqué, al igual que en Ruanada, la comunidad internacional se ha limitado al papel de mero espectador en el conflicto sudanés de Darfur. Una guerra que deja miles de muertos, ciento de refugiados y una región devastada por la destrucción y el hambre. En su análisis el autor muestra como la expansión de la legión Islámica que invadió a Darfur a finales del decenio de los ochenta del siglo pasado ha sido uno de los factores más determinantes en la escalada del conflicto.

Igualmente analiza las crueldades de los exterminios de las milicias árabe Janjawid, conocidas como los "Jinetes del infierno" y demuestra como este grupo de fundamentalistas islámicos, apoyadas por el régimen de Jartum y por varios países de la Liga Árabe, arrasan, asesinan y exterminan a las tribus no arabizadas por el control los territorios ricos en recursos naturales.

Darfur es una región de 493 mil kilómetros cuadrados, localizada en el oeste de Sudán, en la frontera con la república Centroafricana, Chad y Libia, en donde, además de la lucha por las tierras fértiles y las riquezas petroleras, también se libran batallas por el dominio de los territorios por donde pasa una enorme fuente de agua subterránea.

Pese a que en la guerra de Darfur existen móviles tribales y religiosos que han desatado una de las limpiezas étnicas más atroces en la historia sudanesa, el meollo de fondo de la guerra como en otras regiones africanas no es un asunto estrictamente tribal y religioso, sino una lucha política y económica, en donde está en juego el control de poder, la expansión del islam y el dominio de las tierras fértiles en recursos naturales: bosques, agua, petróleo y otras riquezas mineras.

Por eso los fundamentalistas de las Janjawid desarrollan uno de los exterminios más crueles en contra de las tribus cristianas y animistas, utilizando las matanzas, las violaciones sexuales, la quema y el saqueo de aldeas como instrumentos de guerra para expulsar a millares de cristianos y animistas de sus territorios. Darfur es otra región sudanesa donde se está exigiendo otro plebiscito secesionista como el que se realizó hace un año en la región del sur que permitió el nacimiento de la república de Sudán del Sur.