Difícil negar que Napoleón Bonaparte fue un gran estratega militar y un gobernante de astucia inmensa; sus 52 años de vida se enmarcan en ansias de poder, vida militar y gestión gubernamental.
Imposible callar sus proezas en las batallas y conquistas de Egipto, Rusia, Prusia y otras naciones vecinas hasta llegar a encabezar un ejército disciplinado y fuerte de 400 hombres. De tan solo 35 años es coronado emperador de Francia; el mundo se rinde a sus pies.
La batalla de Waterloo se constituye en el talón de Aquiles de su gestión militar; derrotado allí es luego desterrado a la isla Santa Elena donde muere casi solo y silenciado.
De allí que la prosa popular y sabia haya creado aquel dicho extendido: "tenga cuidado para que no le llegue su Waterloo", es decir la derrota, el fracaso, el golpe adverso, porque puede ser el principio del fin. Napoleón empezó a morir aquel 8 de agosto de 1815 al ser enviado prisionero a la isla Santa Elena.
Vale recordar en la misma línea a Richard Nixon, republicano, vicepresidente de los Estados Unidos en tiempos de Eisenhower; presidente en dos ocasiones: 1968 y 1972 en reelección animosa.
Su gobierno no fue fácil porque libró guerras que le pusieron en la ascua de la discusión y negación; al descubrirse una acción de espionaje en la sede del partido Demócrata, hecho llamado el escándalo Watergate, empezó su caída hasta tener que presentar la renuncia de la Presidencia el 8 de agosto de 1974.
Nixon quien había caído simpático ante el pueblo gobernado y ganaba afectos y admiración, encontró su tropezón político en este escándalo que le precipitó al desgano popular. Nixon también encontró su W fatal y doloroso.
Aprendamos la lección: todos debemos cuidarnos de nuestra W, nuestro Waterloo o Watergate que tantas veces precipita al abismo tantos esfuerzos y construcciones de nueva vida.
Cuántas infidelidades con la pareja de vida traen rayos que fulminan el entusiasmo afectivo y queman toda ilusión reduciendo a cenizas lo que fue un amor creciente; cuántos actos de violencia intrafamiliar o laboral han desbaratado lo que parecía engrendrar un bello futuro, reluciente y en progreso; tantas veces un desliz en el manejo contable de una mini o macro empresa ha desdibujado para siempre una imagen laboral y ha cerrado toda puerta al futuro.
Creo que no es necedad decirlo: cuidado con su W; usted sabe cuál es, dónde está su punto débil, la actitud que le vuelve incontrolable cuando aparece; la Biblia lo dice conciso: "el que esté en pie, cuídese no caiga".
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015