Un sabio dijo que la vida es un juego con pocos actores y muchos espectadores. ¿Dónde estás tú?
Elige ser un protagonista dinámico, no un espectador pasivo, elige construir en lugar de observar o criticar.
Necesitas querer mucho lo que haces, asociarte, insistir y tener muy claros tus objetivos.
Piensa en un barco que cruza el océano, lo detienes y preguntas al timonel: ¿a dónde se dirigen? Y su respuesta te deja estupefacto: a ninguna parte, no tenemos un rumbo fijo.
Lo grave es que eso refleja la vida de aquellos que van a la deriva sin definir sus metas ni perseguir sus sueños.
Todo lo contrario de los grandes seres humanos quienes a pesar de una infancia pobre y complicada derrocharon coraje y entrega y tenían metas claras.
Recuerda, entonces que un deseo sin acción es un sueño, y un sueño sin entrega es una quimera.
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