Poco a poco crece el ambiente navideño y eso es bueno si te conecta más con Dios y te mueve a ser más espiritual.
Simplemente sintoniza más con el Padre a través de las luces que brillan, de los adornos, los villancicos y de un pesebre.
Son símbolos hermosos y es insensato que en ciertas iglesias los vean como idolatría, siendo solo una ayuda para la fe.
Nadie adora hoy una imagen como en tiempos arcaicos. Prohibir eso es tener una fe cerrada y negativa.
Logra que la Navidad te lleve a pensar en el nacimiento de Jesús y que Él sea para ti tu amigo y tu fuente de amor y de paz.
Navidad es ser más tolerantes y compasivos, es compartir con los que carecen hasta de lo más necesario.
Navidad también es abrir las puertas al perdón y hacerle un conjuro a odios viscerales y a rencores atorados en tu alma.
No permitas que la Navidad se agote en lo externo e irradia tu luz. Sirve con un amor que es la mejor medicina.
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