El pasado 28 de mayo nuestro "diario de casa", en la sección "Hace 50 años", reprodujo una drástica información, que entre otras dijo lo siguiente: "1964… Intervención comunista en la Universidad… Es posible el cierre de la Facultad de Ingeniería de Manizales…".
Es bueno recordar que en mayo/junio de 1964 los 180 estudiantes que éramos de la Escuela de Ingeniería en la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, nos levantamos en huelga, al conocer que en la dirección central se pensaba cerrarla y trasladarnos a terminar carrera en Medellín y Bogotá. Fue una huelga justa, cuyos alcances estuvieron comprendidos y atendidos a tiempo por el recién llegado rector, Dr. José-Félix Patiño (posesionado el 1 de junio de 1964), cuyas reformas positivas impactaron la historia institucional y la educación superior del país.
Las movilizaciones no dejaron de tener visos folclóricos, por la muchachada impaciente, como la consigna del poeta Fernando Ossa, "infiltrado" en manifestación que llegaba a la Plaza de Bolívar, al gritar con repetido vozarrón: "Desayuno de víboras para el decano". Teníamos un distinguido ingeniero que fungía como Decano de las cinco de la tarde, para esa minúscula institución, en agonía.
Fueron acontecimientos que no ocasionaron ni muertos ni heridos, ni de manera alguna la manifestación explícita, ni implícita, de la "insurrección". El tiempo ha corroborado la validez y oportunidad de ese movimiento estudiantil, con el único asidero en salvar la presencia en Manizales y la región de la Universidad Nacional de Colombia (la primera en abrir puertas en el centro-occidente del país), lo cual se consiguió por la oportuna intervención del rector Patiño, quien atendió delegación de estudiantes y dio la señal: levanten el paro, ingresen a clases y en pocos días se hará cambio en la dirección de la Sede. Dicho y hecho. Como los estudiantes pedíamos que se designara de decano al ingeniero (de la Escuela de Minas de Medellín) y arquitecto (de París) Alfonso Carvajal-Escobar, humanista, profesional de meritoria trayectoria y dirigente cívico, defensor del ferrocarril y del cable aéreo, el rector lo nombró sin dudar un instante.
Carvajal-Escobar se posesionó el 8 de julio de 1964 como decano de la Facultad de Ingeniería, que era el nombre de nuestra sede. Y ejerce a cabalidad sus funciones en dedicación exclusiva, por espacio de ocho años, sin reservas de tiempo para emprender la más sorprendente tarea de refundar la institución, con creación de nuevas carreras, en concordancia con las necesidades de la región y en entendimiento con empresarios y la dirigencia de reconocimiento ciudadano, además de la expansión física. Y con apoyo pleno del Rectorado y del Consejo Superior en Bogotá. Creó el programa de Administración de Empresas, con ofertas diurna y nocturna, siendo el único nocturno de la UN. Establece una carrera intermedia, la única que ha existido, en Topografía y Agrimensura, que tuvo solo dos promociones. Luego vinieron las ingenierías Química, Eléctrica e Industrial, y Arquitectura. Rescató las abandonadas instalaciones de "El Cable", devenidas patrimonio de la UN y de la Nación.
Se creó un rico y sostenido clima cultural, con el establecimiento del llamado con ambición "Departamento de Extensión Cultural", bajo la entusiasta y comprometida tutoría de Marta Traba, desde la sede central. Se hicieron ciclos de conferencias; surgen el primer cine-club, con proyecciones de 8 y 16 mm, la coral universitaria y el grupo de teatro; se llevan a cabo audiciones musicales, publicaciones de periódicos en mimeógrafo. Nace la Revista Aleph en 1966 (con 170 ediciones al presente). La biblioteca cobra especial significado, con dotación continua. La cafetería, sitio de diálogo cotidiano de alumnos con el Decano. Los estudiantes con entusiasmo y sintonía rodeamos al maestro Carvajal-Escobar, incluso en iniciativas sociales como fueron la de hacer labor con acciones comunales en barrios populares: Buenos Aires, Galán y El Topacio, entre otros. En el primero abrimos vía de acceso a pico y pala, en el segundo hicimos labores para canalizar aguas negras que corrían por cunetas y levantamientos topográficos, y en el tercero proyectamos la casa de cultura. Además diseñamos redes de acueducto y alcantarillado para naciente barrio en terrenos de "Villa Julia". Sin ninguna tarea proselitista, y sin mediar motivación económica. Misión humanitaria imbuida por el altruismo.
Lista larga de recordar de los estudiantes de aquellos tiempos, movilizados con solidaridad y sentido de afianzar en la región a la universidad por excelencia del Estado colombiano, la UN. Gratitud y recuerdo imperecederos al "Decano Magnífico", Alfonso Carvajal-Escobar.
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