El Ejército de Liberación Nacional, Eln, está muy perdido en este proceso de paz. No solo ha sido esquivo y sordo, sino que también ha mostrado que ha caído en los mismos vicios del resto de la guerrilla por su matrimonio indisoluble con el narcotráfico. Lo que ha minado totalmente su tradicional posición de considerarse, en una supuesta sintonía con la población civil, como una especie de intermediario entre el Estado y la sociedad. Pero en realidad esta guerrilla ha estado sorda a las expresiones que ha dado la población en el sentido de construir una nueva institucionalidad donde aquellos que, han tomado el camino de la violencia para ganar el poder, puedan cambiar de camino. La población civil ha sido muy clara en postular la necesidad de la paz para generar una sociedad donde todos podamos vivir. Pero no, el Eln, como un autista, ha preferido impedir que las vías del diálogo permeen su destino.
El caso del Eln ha demostrado su incapacidad de ser realmente un interlocutor de paz. Y este es uno de los puntos más importantes para generar una dinámica de paz en el país. Los actores armados deben convertirse en sujetos de diálogo, y esto no lo podemos suponer que ya lo tienen, sino que debemos asegurar las condiciones para que los grupos guerrilleros logren transformarse en actores posibles de la paz.
Exmilitantes del Eln han manifestado claramente que la vía de las armas y la guerra han perdido toda vigencia. Felipe Torres, así lo señaló ya hace como dos años de una manera contundente: “No tiene ningún sentido ni la guerra ni quitarle la vida a nadie, sea quien sea. No tienen sentido las acciones ofensivas de lado y lado. El conflicto se está acabando. Por eso es importante hacer un llamado al soldado, al miliciano, al guerrillero, para que no disparen a matar. Hay que preservar la vida. La guerra está terminando y no es justo, de lado y lado, que quienes ya sobrevivieron a una larga guerra mueran en el último instante. El país necesita de estos soldados y guerrilleros para construir la paz. No tiene sentido matar hoy para firmar la paz mañana”.
Las fases exploratorias entre el Gobierno y el Eln han sido más largas que con las Farc. Es claro que al Eln le ha faltado mayor voluntad unificada de buscar la paz. Es realmente preocupante que siempre con el Eln se tenga una profunda incertidumbre sobre el norte hacia la paz. Seguramente, las tensiones internas entre los guerreros y los más cercanos de los diálogos, entre los que se han mantenido al margen del narcotráfico y los que han caído en estad actividades, han dejado atrapada a esta guerrilla en la guerra.
Hay, pues, un interlocutor que no logra fraguarse para iniciar un proceso de paz. ¿Cuándo será posible? ¿Qué será necesario para hagan el cambio de “chip”?
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