La responsabilidad social empresarial cada día toma mayor importancia en el mundo. Y las prácticas de una empresa deja al instante la impronta del nivel de responsabilidad con que se mueve en el mundo de los negocios, o más aún, de la irresponsabilidad con que actúan. Es, pues, la pregunta sobre cómo asumen su rol en sociedad. Traigo dos ejemplos. Uno con una lección bien bonita de responsabilidad, se trata de la nueva planta de detergentes de Unilever en Palmira; y otro, que es más bien el opuesto, protagonizado por los operadores de Internet de Colombia.
Tuve la oportunidad de presenciar la inauguración de la nueva fábrica de detergentes de Unilever en el Valle, una planta que no deja ningún residuo, pues todo se recicla, que reduce el consumo de agua y energía, que disminuye sustancialmente la emisión de gases. Es la planta más moderna del mundo en su género. Una planta que, además de ser mucho más eficiente con respecto a las demás empresas del ramo en el país, es totalmente amigable con el medio ambiente. Es, pues, una verdadera planta de producción verde. Así esta multinacional está ayudando para que en el país caminemos hacia un aparato productivo sostenible en el tiempo. Este caso se puede calificar como muy exitoso, pues logran alinear la estrategia de la empresa con valores agregados para la sociedad.
El segundo caso, es preocupante. La noticia la dio La República esta semana: "El valor promedio de Internet banda ancha en Colombia es el segundo más alto en la región latinoamericana", explicaba que solo era superado por los costos por megabyte en Venezuela. Se ha afirmado que el costo es debido a la velocidad que es una de mayores en Latinoamérica, en efecto la velocidad en Colombia es de 3 megabytes por segundo, superada por Chile que tiene una velocidad de 3,3. Pero la realidad es que la velocidad de nuestro subcontinente es muy reducida si se tiene en cuenta que los más rápidos del mundo, Hong Kong y Corea, están por encima de 63 megabytes por segundo. Qué brecha!, y que deja al descubierto los problemas de competitividad en que nos encontramos. Pero volviendo al precio, el nuestro está por los lados de 9,22 Mbps y Chile tiene un costo de 5,81 Mbps, y eso que es el más rápido de la región. Estamos en un sector donde las empresas están usando su posición en el mercado para tener altas tarifas. Y ello en un servicio público como es el de Internet, es sencillamente escandaloso. La comisión de regulación de telecomunicaciones debería actuar de manera más contundente, así como el Ministerio de Salud ha intervenido los mercados imperfectos de los medicamentos, el control del Ministerio de Tics debería ser muchísimo más fuerte.
La responsabilidad social empresarial es algo que cada vez la sociedad será más exigente frente a los empresarios. Los consumidores serán más exigentes y seguramente las decisiones de consumo serán influenciadas por el nivel de responsabilidad de las empresas mismas. Al tiempo que el Estado, en aquellos sectores donde el mercado no es realmente de competencia por las imperfecciones debida a las posiciones dominantes, debe entrar a regularlos implacablemente.
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