Sin lugar a dudas Rusia se ha convertido en la mayor fuente de agitación política mundial. Es por ello que es mi principal candidato a cambiar el equilibrio geopolítico del planeta. Es necesario explicar la situación que ha llevado a un despertar ruso absolutamente impresionante y con implicaciones para América Latina.
Moscú se ha dedicado a agitar la diplomacia mundial; "no se pierde la movida de un catre" y logra influenciar las decisiones más importantes en materia de política internacional.
Toda esta situación radica en un interesante, hábil e incalculablemente poderoso presidente: Vladímir Putin.
Putin hizo sus primeros "pinitos" en la KGB, la agencia de inteligencia rusa. También ha hecho una brillante carrera política en su país y conoce como pocos el funcionamiento de la política internacional.
Llegó a ser presidente de Rusia en los periodos 2000-2004 y 2004-2008. En 2008-2012, al no poder presentarse a un tercer mandato -por prohibición de la constitución- estuvo con Dimitri Medvédev, antiguo colaborador suyo y afín a sus políticas. En 2012 volvió a ser presidente y ha llegado a jugar fuerte en el escenario mundial. Los recientes acontecimientos así lo demuestran.
Hace menos de un año, Rusia decidió bloquear la decisión del presidente de los Estados Unidos de una intervención militar en Siria. No se midió con Obama únicamente, también se enfrentó al resto de sus colegas más poderosos de Occidente, que estaban de acuerdo con algún grado de intervención en el país árabe. La pelea la ganó Putin. Logró impedir la intervención en Siria y obligó a Occidente a buscar otros caminos para impedir el derramamiento de más sangre.
A comienzos de este año, Rusia logró adueñarse de un pedazo de su vecino país: Ucrania. Esta acción desestabilizó por completo dicho país. Occidente, encabezado por Estados Unidos lo sancionó expulsándolo del G8 y congelando las cuentas de varios funcionarios rusos. Y ni cosquillas le hizo.
Ahora y como una habilísima maniobra para buscar amigos en Oriente, ha encontrado un importante espaldarazo del Gobierno chino. Hace poco ambos países firmaron un contrato donde a cambio de 400 mil millones de dólares, Rusia se comprometió a suministrar 38 mil millones cúbicos anuales de gas a China a través de Gazprom, la mayor compañía de gas rusa. Como quien dice "si en occidente no me quieren, me llevo mi gas para oriente". Para dimensionar el tamaño del "contratico", este vale 60% de todo el producto interno bruto colombiano en un año.
Sin embargo, no es tan sencillo como parece. El acuerdo duró 10 años negociándose; ningún gaseoducto ruso va hacia oriente lo que implica construir una enorme infraestructura para transportar el gas además que los campos de explotación rusos más cercanos a China son escasos de gas.
Para rematar, un día después de la firma del mencionado acuerdo, ambos países unieron fuerzas en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para no permitir que la Corte Penal Internacional investigue los crímenes de guerra perpetuados en Siria. Es la cuarta vez que China y Rusia se unen para bloquear acciones de occidente en el Consejo de Seguridad frente a la situación en Siria.
Es preciso aclarar que ambos países son tan similares como distintos. Ambos son inmensamente poderosos, demuestran independencia de occidente y aplican su legado histórico de poder. Sin embargo sus diferencias también son abismales. Los chinos se han beneficiado del libre comercio -a su manera- y no van a pelear con éste. Por su lado, Rusia tiene una forma diferente de ver la economía, no en vano apenas hace 2 años ingresó a la Organización Mundial del Comercio y China lo hizo hace más de 10. Mientras Rusia regula y se cierra, China lleva desde los años 70 desregulando y abriéndose. Estas peculiares características crean una relación bien particular entre ambos países; en unas jugaran juntos y en otras no tanto.
Como es apenas natural, la disputa Oriente-Occidente se ha venido trasladando al escenario latinoamericano. China ya llegó al barrio hace más de 10 años. Compra compañías, materias primas y es el segundo socio comercial de la región. Los rusos por su lado, pareciera que buscan entrar a la región de la misma manera en que lo han hecho en el resto del mundo.
Es por estas razones que Rusia es mi país candidato a cambiar el mapa político mundial.
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