La permanente expectativa en que nos ha tenido el tema de la paz desde hace varios meses parece que está llegando a su fase final, y quedan muchas dudas sobre el desenlace de esta tragicomedia, sobre todo porque algunos de los que se han apropiado del proceso como si les perteneciera, no son propiamente los que mejor receptividad tienen entre los colombianos. Por ejemplo tenemos los resultados en las últimas encuestas que, con errores o no, reflejan un rechazo muy definido contra personajes como Benedetti, Barrera y Cristo quienes, parecen mordiéndose el rabo con tal de quedarse con el premio mayor de la candidatura presidencial en 2018.
Todo lo que hacen, piensan o dicen estos tres mosqueteros tiene como propósito ir despejando el horizonte, dejando tendido a cualquiera que se les cruce en el camino. Cualquiera tiene pleno derecho a aspirar a ocupar los más altos cargos, pero no se puede tener una ambición desmedida, pasando por encima hasta de sus más sinceros compañeros de lucha.
Francamente se nota un ambiente de temor, porque si bien es cierto Santos ha conseguido una ligera ventaja que se refleja con mayor éxito en ciertos países europeos, acá todavía sentimos una tremenda duda sobre lo que nos puede pasar en el futuro y cómo enfrentaremos las reacciones de los enemigos, cuya actitud deja mucho qué desear. El pasado jueves, en pleno acto de firma del acuerdo de paz, el jefe bandolero lanzó un dardo que le debió caer en pleno cachete a Santos, al proponer la formación de un gobierno transicional, lleno de veneno, pero sin explicar el porqué de una propuesta tan salida de tono y tan falta de educación, delante del mandatario que ha sido criticado por sus opositores, por haber entregado a las hordas que tanto nos han azotado más ventajas que las que ellos mismos le estaban exigiendo en las negociaciones.
Creo que van a ocurrir muchos hechos complicados en el futuro cercano. Ya empiezan asomar las uñas personajes como los que mencioné al principio, pero sobre todo un amigo que bien vale la pena examinar a fondo, y que está esperando dar el zarpazo porque va a ser un hueso duro de roer, y sobre todo tiene buen maestro de quien aprendió con honores, como que puede jugar sucio y ganar en el intento. Blanco es, frito se come, gallina lo pone.
Seguimos a la expectativa del desenvolvimiento de hechos tan grotescos como el sainete de los hackers, en el cual pocos dudan de la responsabilidad directa de miembros del alto gobierno de Santos, y que fue un factor determinante en la pérdida de la presidencia de Óscar Iván Zuluaga, el candidato uribista.
El panorama es incierto y oscuro y por más premios nobel que se entreguen vamos a tener que enfrentar una época muy difícil, porque, además de todo, el Trumpetazo que nos dieron no será nada fácil de digerir.
P.D.: Las mujeres tienen un maravilloso sentido de las cosas. Pueden descubrirlo todo, menos lo obvio.
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