Mario César Otálvaro
LA PATRIA | Bogotá
Después de una desapacible temporada en la que se fracasó de manera rotunda hay que recomponer, y en el Once Caldas es necesario entrar en una etapa de replanteamiento que para el caso incluye muchos frentes.
Comenzando por la definición de los objetivos –no los de su gerente deportivo– sin admitir nada distinto a un equipo competitivo cuyo propósito sea ganar por respeto a la tradición y a la historia, y porque es su esencia fundamental.
El Once Caldas se creó para representar una región, y lo hará por siempre sin importar en que manos esté, y de hecho sus enormes logros han enaltecido a sus gentes y son el principal orgullo de quienes hemos crecido a su sombra.
El resto es antipático, y el tema de formación de jugadores debe ser alternativa –no prioridad– y para el efecto hay que promover un desarrollo integral que empiece por la búsqueda de talentos a través de personal apropiado.
Como asunto complementario –que quede claro– siendo oportuno entonces revisar quiénes están manejando las divisiones menores, cuál es el inventario actual, como se está haciendo, y si la inversión realizada muestra signos de recuperación.
Porque da la sensación de que en ese sentido tampoco se pasó el año, y me remito a los muchachos manizaleños que tuvieron algunas oportunidades –hoy desaparecidos del mapa– y lo más grave, ninguno de ellos con proyección importante.
Lo otro es el armado de un nuevo Once Caldas partiendo de un juicio lógico, y de los deseos y requerimientos del técnico sobre nombres que aporten algo y que salgan del conocimiento del mercado y las posibilidades de negocio.
Y no se exigen cifras millonarias –que es el temor frente al mayor accionista– es cuestión de habilidad y capacidad de gestión para renovar un plantel que entre otras no tiene intransferibles, y que bajo ese precepto se puede mover con ciertas libertades.
Porque sería absurdo no refrescar una plantilla que se deterioró con el tiempo, construida sobre futbolistas que no dan más en la plaza, y que urgentemente reclama un cambio. Y en esto hay que enfatizar para evitar la modorra que se vivió en la era Torrente.
En el entendido de que Lisi se sostendrá como entrenador, y con la fe puesta en que sea consciente de las debilidades y los puestos que se deben cubrir para montar un Once Caldas distinto acorde al tamaño de su patrocinio.
La eliminación tres fechas antes de concluir uno de los campeonatos más irregulares no es un dato menor, y sí un mensaje con llamado de atención para que se tomen decisiones y se haga una adecuada elección de las novedades, que deben ser varias.
Algo normal, pues cuesta comprender que un tipo tan exitoso en otras unidades no lo pueda ser con el Once Caldas, y me refiero a Jaime Pineda, aunque creo que el problema es su ausentismo y de cierta manera a quienes encargó de su administración.
Ese es el motivo por el que insisto en la importancia de un encuentro con entidades cívicas, autoridades, hinchas y prensa para firmar un compromiso global que tendría efectos superiores a los que genera tanto negativismo e insultos por las redes sociales.
P.D. Sin saber que más tarde llegaría al Once Caldas, hace poco le hice un seguimiento a Mateo Cardona porque me encantó cuando lo vi con Envigado. Espero no equivocarme, pero pienso que estamos frente a un auténtico crack si lo saben llevar fortaleciendo mucho su parte anímica y mental.
Hasta la próxima…
Twitter: @macotal
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Algo normal, pues cuesta comprender que un tipo tan exitoso en otras unidades no lo pueda ser con el Once Caldas, y me refiero a Jaime Pineda, aunque creo que el problema es su ausentismo y de cierta manera a quienes encargó de su administración.
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