Con el mismo derecho que ventilan los pesimistas sus calamitosos comentarios sobre la situación colombiana, los "bobitos de Sagitario" insistimos en presentar los hechos positivos, no solo para ser justos, sino para tratar de contagiar optimismo. Las cosas, buenas o malas, se encadenan; y producen lo que algunos llaman "valor agregado". La semana pasada mencionamos la disminución sostenida del desempleo, y presentamos algunos beneficios, como el consumo, el crecimiento comercial e industrial y la generación de nuevos empleos; a lo que hay que agregar el incremento del recaudo fiscal, para que sean posibles las inversiones sociales, y en infraestructura, cuyos beneficios alcanzan a toda la nación en su conjunto. Los criticones dicen: "más plata para que se la roben esos…" (La expresión no se puede repetir, porque hay señoras.); pero jamás mencionan casos concretos, ni denuncian los que conocen, por cobardía.

Si algo es importante para que un país democrático funcione con eficiencia, es la armonía y el respeto entre los poderes del Estado. Un ejecutivo que desconoce los fallos judiciales, porque afectan a funcionarios incondicionales del jefe del Estado, desarticula el sistema, para crear "choques de trenes", que alteran la tranquilidad institucional. Y un cuerpo legislativo que hace oposición al ejecutivo "porque sí" o "porque no", para atravesarse como mula muerta en el desarrollo de procesos, solo por hacerles daño al presidente y sus ministros, traiciona la confianza de sus electores. Y sacar pecho los congresistas con los pírricos triunfos que obtienen, es inmadurez. Por fortuna, Colombia vive actualmente una paz institucional verdaderamente constructiva, sin actitudes imperiales del ejecutivo, ni pataletas de magistrados y congresistas. Lo que no quiere decir que alguien sea incondicional de nadie. Ni que cada poder, cada uno por su lado, sea perfecto.

La cobertura tecnológica, a todos los niveles, debe llenarnos de orgullo. El ministro Molano es una revelación, pese a que no asume actitudes de vedete. Sus amplios conocimientos del tema fluyen con naturalidad, y los aplica con eficiencia, sin perder nada de su tranquila forma de ser boyacense.

Algo verdaderamente útil para los colombianos (empresarios, turistas, estudiantes… y demás), es la imagen del país en el exterior, gracias al buen manejo de la diplomacia, para despojarnos de la condición de réprobos; y la apertura de mercados para estimular las exportaciones, de modo que se reduzca la dependencia en unos pocos. Y esto se ha logrado, con el consecuente estímulo para el emprendimiento, porque hay un apoyo evidente de la Cancillería y del Ministerio de Comercio Exterior.

Y al que quiera más, que le "piquen" deportistas, modelos, periodistas, artistas, científicos, músicos y estudiantes de alto rendimiento, que nos permiten cantar el Himno Nacional a todo pecho, y en cualquier parte, como lo hicieron quienes colmaron las graderías de los estadios en Brasil.