El consumo de drogas ha aumentado en nuestro país de manera dramática. Niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres hacen uso de ellas, forman parte de sus rituales cotidianos, de las fiestas, de los usos sociales y solitarios. Hecho que es considerado un problema de Salud Pública por todos los efectos ligados al consumo y que se trasmutan en conductas de riesgo.
Muchas son las causas que llevan a las personas a consumir drogas, por ejemplo: transgredir los límites y normas impuestos por la familia, los escenarios educativos y la misma sociedad; otra puede ser su uso como una manera de escapar de una realidad que ni les motiva ni agrada, la ausencia de un proyecto de vida claro o la carencia de oportunidades educativas y laborales; el hastío de la vida, ya que muchos consumidores tienen sus necesidades cubiertas y carecen de preocupaciones que les alteren su cotidianidad.
El mundo que rodea el uso de las drogas, es oscuro, amenazador y violento, son muchos los factores asociados al consumo y uno de ellos indudablemente es la violencia intrafamiliar, que unida a otras formas de intimidación aumentan la naturaleza de los problemas que emergen junto al consumo, tanto en lo individual como en lo social y familiar.
De igual manera, existen una serie de factores de riesgo que vienen desde la familia, características personales, ambientales, sociales, culturales, que incrementan la probabilidad de que alguien se motive al consumo o se involucre en el uso o abuso de alguna sustancia psicoactiva.
Entre los factores de riesgo se encuentra la familia, no es lo mismo un ambiente estructurado y con sólidos lazos afectivos, en el cual se propicien el dialogo asertivo y el reconocimiento personal y emocional, y que se cuente con un espacio dónde se promueva el autocontrol, la autogestión y la autorregulación, que una familia en la cual, cada uno de sus integrantes va por su lado, al tiempo que carecen de principios y valores claros.
En cuanto a individuo, es preciso afirmar que hay factores particulares asociados al uso y consumo de drogas, entre ellos se encuentra: su nivel de autoestima, asertividad, nivel de tolerancia a la frustración, capacidad para tomar decisiones, valores fuertes y eficaces, manejo creativo del tiempo libre y metas claras que le den sentido a su vida.
El ambiente escolar, también puede favorecer el consumo, cuando existen compañeros que tienen la experiencia y además presionan para que otros lo hagan; de igual manera cuando un joven siente que no ha sido aceptado por sus pares y es rechazado, ello puede originar ansiedad, ya que en muchas ocasiones los jóvenes no tienen los recursos emocionales apropiados para afrontar de manera adecuada, la incitación al consumo. Sumado a esto se encuentra la fácil disponibilidad de sustancias psicoactivas y un entorno social cada vez más tolerante e indiferente con todos los problemas asociados al consumo.
Por otra parte, el entorno social, los medios de comunicación, el uso de nuevas tecnologías ejercen una gran influencia en la manera de pensar y actuar de algunas personas. Hay un bombardeo permanente que no da tiempo para analizar, ni decantar muchos de los contenidos que se emiten. Hay una constante motivación publicitaria hacia la vida fácil, un fuerte impulso a tener todo tipo de cosas para ser feliz, el culto a la belleza, la obtención de las satisfacciones de manera inmediata, la desaforada incitación a consumir.
Todo la anterior se ha convertido en un problema gigante de salud pública, y requiere movilizar y sensibilizar a la sociedad no solo por el aumento del consumo, sino con el fin de atender las diversas enfermedades que originas dicho consumo.
Es importante tener en cuenta que hay sustancias que pueden generar actos de violencia debido a la manera como una persona reacciona ante su uso, así como es necesario entender que el consumir algunas drogas dejan a algunos seres humanos en estado de indefensión y vulnerabilidad, lo que los expone a peligros y grandes riesgos, sobre todo en cuanto a su propia integridad.
Finalmente, en algunos hogares se vive un infierno ante los actos de violencia a los que se enfrentan cuando uno o varios miembros de la familia consumen sustancias psicoactivas, espacios en los cuales el maltrato físico, emocional y psicológico son parte de una amenaza constante, a ello se suman los robos, los chantajes, las amenazas, acciones todas que fortalecen la presencia de enfermedades mentales y menoscaban la calidad de vida de ellos mismos y todo su entorno.
*Psicóloga
fannybernalorozco@hotmail.com
Profesora Titular Universidad de Manizales
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