José Lisímaco Amador Cuestas, alcalde de Aranzazu, en una manifestación de la cultura de su municipio.

Fotos | Tomadas de la página de la Alcaldía de Aranzazu | LA PATRIA

José Lisímaco Amador Cuestas, alcalde de Aranzazu, en una manifestación de la cultura de su municipio.

LA PATRIA | MANIZALES

A un año de finalizar su mandato en Aranzazu, José Lisímaco Amador Cuestas se siente satisfecho por su labor desde enero del 2020. Le achaca a la Gobernación de Caldas los obstáculos para avanzar en sus programas clave, pero se muestra ambicioso para la recta final de su Administración.

LA PATRIA conversó con él, quien habló de sus logros, retos y deudas en su segundo paso por este cargo, tras ser el último alcalde nombrado por decreto en este municipio del norte del departamento (1986-1988).

Salud, su eje de gobierno

En campaña, una de sus promesas principales fue dejar un hospital nuevo y dotado con mejor infraestructura técnica. De esto, ¿qué se ha ejecutado hoy?

Lo que yo inscribí en el programa de gobierno fue gestionar un hospital nuevo, no hacerlo, porque este es un hospital departamental. Con el transcurso del tiempo me di cuenta de que no era la prioridad del Gobierno departamental hacer un hospital nuevo en Aranzazu. En la sesión del 31 de mayo del 2021 en el Concejo se invitó al gobernador y le pregunté si tenía dentro de sus proyectos construir ese hospital, pero el gobernador dijo que no, que lo primordial eran los hospitales de segundo nivel (de Salamina, Riosucio, Chinchiná y La Dorada). Como este es un hospital departamental, yo no puedo construir: el Municipio no tiene los recursos y yo no puedo ir construyendo un hospital sin autorización.

También prometió desarrollar políticas de bienestar para la población adulta mayor y personas en situación de discapacidad. ¿En qué va?

A esto se le ha invertido mucho. Tenemos el Hogar del Anciano Federico Ozanam, que es propiedad del Municipio, aunque lo dirige una junta cívica. Trabajamos en el programa del adulto mayor, mediante un convenio repartimos 140 almuerzos diarios para los adultos mayores en ese centro. Después del almuerzo, un grupo de deportistas se dedica a la recreación de estos abuelos; además, el Municipio tiene un gestor cultural que les enseña música y ya tenemos hasta una banda de adultos mayores. También hay otro hogar, llamado Santa Catalina, donde se atiende a 24 adultos. Antes nada de esto se hacía.

Uno de los grandes retos de Aranzazu es la salud mental, pues tiene uno de los más altos índices de trastorno bipolar en el país (alrededor del 5% de la población según la Dirección Territorial de Salud de Caldas). ¿Qué acciones ha hecho para enfrentar este reto?

El Municipio tiene un convenio con el Hospital San Vicente de Paúl para la atención de este problema. Es una dificultad que se tiene desde hace años y se ha extendido a todo el norte de Caldas. Tenemos un médico que hace consultas a diario atendiendo ese tema. Lo que pasa es que el Municipio no puede prestar el servicio directamente, sino que se encarga de coadyuvar con el Hospital y firma convenio con este, que es administrado por la Territorial de Salud. Desarrollamos programas de salud mental con intervenciones colectivas, pero no como Municipio, sino mediante un contrato con el Hospital. A pesar de la pandemia, afortunadamente las cifras no han tenido un aumento significativo.

En la más reciente celebración de la Fiesta de la Cabuya, la Alcaldía creó el espacio 'Recréate y Juega por la Vida', para promover la actividad física de los adultos mayores aranzacitas. 

El reto: la infraestructura

¿Cuál considera que ha sido su gran obra en estos tres años de gobierno?

Este año pudimos gestionar más de $2 mil 500 millones con el Invías para placas huella, en la zona rural. Con el Departamento de Prosperidad Social (DPS) conseguimos también unos recursos para la recuperación y pavimentación de cinco calles en la zona urbana, con el Plan Departamental de Agua (PDA) se cambiaron muchos alcantarillados y hoy estamos remodelando la carrera sexta, para semipeatonalizarla. No obstante, a mí me parece que a un alcalde no lo deberían medir por las obras de infraestructura que haga, sino por la construcción del tejido social. Para esto, por ejemplo, tenemos contratado a un grupo grande de deportistas tratando de salirle al paso a la drogadicción. También creamos la Oficina de la Mujer y Equidad de Género con el propósito de atender especialmente a madres cabeza de familia y mujeres de las clases más vulnerables.

La fuerte temporada de lluvias de este 2022 en Caldas causó varias calamidades, sobre todo en la vía hacia Salamina. ¿Qué acciones ha emprendido para mitigar el riesgo en estas situaciones?

El problema más grave aquí no es Salamina, sino la vía hacia La Paila, corregimiento de Filadelfia. Todas las comunidades de allá se transportan por Aranzazu porque es la única vía que hay, pero como por aquí pasa la falla Romeral eso es una cosa impresionante, a cada rato se vienen derrumbes. En el sector de Quebrada Seca hay un deslizamiento que uno no se lo imagina sino viéndolo. El Municipio tiene un par de maquinitas, una retroexcavadora y una volqueta, que son casi de dedicación exclusiva para esa vía, que es departamental y no es en realidad nuestra plena competencia su mantenimiento. Y tenemos el gran problema de la vía hacia Salamina: a principios de diciembre había por lo menos 12 negativos gravísimos en los 24 kilómetros entre ambos pueblos. El Departamento yo no creo que tenga tanto dinero para organizar todo ese problema que surgió este año. Siempre ha habido negativos, pero este 2022 se agravaron con el invierno.

El alcalde compartió con niños aranzazunos en el tradicional rezo de la Novena de Navidad. Una de sus banderas es la construcción del tejido social.

Café, aguacate y minería, el debate económico

¿En qué va el proceso de las licencias mineras en el municipio?

Tuvimos unas reuniones con la Agencia Nacional de Minería (ANM) y nos socializaron unas solicitudes que tenían, pero cuando menos pensamos nos llegaron unas actas en las que decían que habíamos concertado para unas concesiones. En ese momento eran sesiones virtuales, yo solo asistía para informarme, pero sin concertar nada. Quedé muy sorprendido cuando se armó todo el cotarro. Nos tuvimos que reunir con la viceministra de Minas en ese tiempo para protestar por el abuso que cometieron. Aranzazu no está preparado para ser un pueblo minero, estos pueblos más que todo son cafeteros y agrícolas, no tienen vocación minera. Tuve que aclararle eso a la ANM en un oficio que le mandamos, para aclarar que Aranzazu no estaba dispuesto a seguir adelante con esos diálogos y este año no ha habido nada. Si están haciendo alguna cosa, yo no lo conozco, porque no volvieron a comunicar nada. Ellos dicen que lo van a imponer, porque sostienen que el subsuelo es del Estado, pero aquí hay un movimiento supremamente grande contra la minería, un rotundo rechazo a esta actividad, igual que contra los aguacateros, por problemas ambientales.

¿Cómo se encuentra el municipio en producción agrícola?

Sigue siendo cafetero. Hay unas tres o cuatro multinacionales que han comprado muchos terrenos para siembra de aguacate, pero el municipio sigue teniendo mucha actividad cafetera. La gente tiene más sentimiento por el café, por lo que al igual que con la minería resultó un grupo paralelo contra los aguacateros. Desde que yo estoy en la Administración hicimos unas mesas de concertación aguacatera, pero aun así nos hacen travesuras, hemos firmado muchas conciliaciones para respetar el medioambiente. Sin embargo, ellos hacen de las suyas, inclusive en este momento hay un proceso sancionatorio contra la empresa Cartama porque contaminó el río en abril, metió una máquina para desviarlo y yo tuve que poner una demanda, que derivó en una investigación del Ministerio de Ambiente. 

Ese tema del aguacate le puede traer al municipio unos beneficios, por ejemplo, el empleo. Seguramente la economía ha despegado mucho porque compran aquí, hay mucho trabajador, pero al final el problema de la seguridad siempre es complejo manejarlo porque viene gente de unas culturas muy diferentes a la nuestra. En Aranzazu bregamos a sostener un equilibrio entre lo económico y lo ambiental.

En conjunto, la Alcaldia de Aranzazu y el Comité de Cafeteros de Caldas entregaron, en noviembre, 100 incentivos económicos de $160.000 por persona, para invertir en insumos agropecuarios como apoyo a la siembra de café en el municipio.

Balance del 2022

“Por inercia, este año fue mejor que los dos anteriores. Por regalías estamos invirtiendo $1.600 millones en la remodelación de la carrera sexta, pero hay que seguirle trabajando al tejido social. Como el año entrante habrá elecciones, va a haber una ley de garantías desde junio, entonces hay que empezar a planear todo de una vez. No voy a ser sobrador, pero creo que vamos a cumplir con más de un 90% del Plan de Desarrollo”, asegura el alcalde José Lisímaco Amador.

Materia pendiente

Para el 2023, Amador Cuestas busca iniciar un plan de vivienda, porque a través de la Gobernación no ha marchado bien el proyecto. “Firmamos una carta de intención hace año y medio para unas bloqueras y para cofinanciar 40 casas prefabricadas rurales y este es el momento en que no estamos priorizados”, comenta el mandatario, y añade que se conforma al menos con iniciar el plan. “Si somos capaces de hacer siquiera 40 o 50 casas sería espectacular”, concluye.

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