Redacción/Q'HUBO
Desde lo más profundo de la montaña, en la vereda La Habana de Belacázar (Caldas), cada 15 días se ve salir una pequeña cortina de humo que se combina con un agradable olor a dulce. Estos indican que en la finca Santa Cruz, don Norbey Jaramillo y el resto de su familia, están trabajando en la molienda para producir una de las panelas más apetecidas de la región.
Llegar hasta Santa Cruz no es fácil pues la carretera es destapada y en varios sectores hay desvíos de incluso dos y tres vías más. La mejor forma de guiarse es preguntándole a los campesinos de la zona o perseguir los camiones cargados con caña panelera, que frecuentemente pasan por estas carreteras desde los días previos a la molienda.
El recorrido desde Belalcázar hasta Santa Cruz dura aproximadamente una hora en carro, pero muchas personas hacen la caminada que puede durar dos y media o más y pasan por esta finca para seguir un camino de herradura hasta llegar a la laguna Charco Negro, un sitio donde habitantes de esa vereda acostumbran a hacer paseos de olla.
Negocio de familia
Cuando hay molienda, quienes hacen el paseo son afortunados, porque pueden ver de primera mano todo el proceso de la panela en el que trabajan Norbey y otros seis familiares, además de dos sobrinitas suyas, de 11 y 12 años, quienes ayudan con lo que pueden y de vez en cuando mandan la mano para arañarle a la paila un pequeño trozo de panela caliente.
Norbey cumple con la función más complicada de todo el proceso. Él se encarga de revolver los fondos en los que se prepara la panela. Está pendiente de la temperatura de cada uno y además del punto en el que van quedando las mieles. Dice que de tantos años que lleva haciendo ese trabajo ya puede calcular hasta con los ojos cerrados cómo le está quedando todo el proceso.
Aunque él es el que cumple con esa función, no es el único que la sabe, pues sus demás familiares también la conocen pero por lo general se dedican a otras funciones dentro de la molienda, como preparar en moldes, moler la caña y revolver en las pailas.
Dicen todos los Jaramillo que el trabajo es duro, pero ellos ya están acostumbrados. Además, mientras trabajan, se van hidratando con agua que cargan en unos botellones, que aunque envasan fría, a los pocos minutos ya está caliente.
El trabajo en la molienda arranca a las 2:00 a.m., y por lo general lo hacen un jueves finalizando mes. Durante todo el día muelen caña hasta que son las 4:30 o 5:00 p.m., que el sol se empieza a esconder y los rostros de cada trabajador lucen renegridos de aguantar todo el día el calor de los hornos, además del bochornoso clima que caracteriza esa región.
Tan pronto se apagan los motores Norbey y su familia se van a su merecido descanso, pero no sin antes haber empacado toda la producción y dejarla lista para que un camión se la lleve a distribuirla en San José, Belalcázar y Viterbo.
Cifras
-26 pacas de panela producen en un día de molienda en la finca Santa Cruz.
-24 atados de panela contiene cada paca, es decir 48 panelas.
-46 mil pesos cuesta la paca en la molienda Santa Cruz.
Tienen su secreto
-Norbey dice que para que la miel, antes de cuajar y volverse panela, esté en su punto perfecto, a veces le agrega un trozo pequeño de manteca.
Dato
La caña panelera con la que trabajan en la Molienda Santa Cruz, la producen en la misma finca y también hay una parte que la compran en fincas aledañas.
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