Luz Delly Gil Berrío, John Édison Martínez Delgado, Thiago Fernet Pinto García, Evelyn Valentina Cardona Betancur, Saray Michel Hernández Bustos y Sergio Adrián Murillo Montoya, del Club Tángaras de la sede Marco Fidel Suárez de la vereda Pradera y del Club Cañaveral de la misma institución educativa de Victoria.

Fotos | Margaret Sánchez | LA PATRIA

Luz Delly Gil Berrío, John Édison Martínez Delgado, Thiago Fernet Pinto García, Evelyn Valentina Cardona Betancur, Saray Michel Hernández Bustos y Sergio Adrián Murillo Montoya, del Club Tángaras de la sede Marco Fidel Suárez de la vereda Pradera y del Club Cañaveral de la misma institución educativa de Victoria.

Margaret Sánchez*

LA PATRIA | Pensilvania

“Robamiel”, así llama Thiago Fernet Pinto García, de 10 años, al picaflor de antifaz o enmascarado (Diglossa cyanea), un ave casi toda azul oscuro con máscara negra y ojos rojos, que tiene en la punta del pico un gancho, con el que pincha las flores para sacar el néctar.

Primero la vio revolotear entre algunas flores frente a Puerto López o Puerto Buñuelo, en la vía entre Pensilvania y Pueblo Nuevo; y su profesor John Édison Martínez Delgado le tomó una foto y se lo mostró más cerca, esto lo ayudó para encontrarlo en cinco segundos en la guía de Aves de mi vereda, del Semillero de Ornitología de la Universidad de Caldas.

Thiago es integrante del grupo Tángaras de la sede Marco Fidel Súarez de la I.E. Cañaveral de la vereda Pradera de Victoria y es uno de los 70 participantes del Tercer Encuentro de Clubes de Avistamiento de Caldas, que comenzó el jueves y finaliza hoy en Pensilvania.

Con otras dos compañeras y dos profesores mostraron cómo en su colegio aprenden sobre la importancia de las aves, la conservación y el cuidado del medioambiente.

En ese colegio también está el Club Cañaveral, liderado por Sergio Adrián Murillo Montoya. El proceso comenzó en el 2021, durante la pandemia, para acercar la escuela a los niños que estaban en clases remotas por el confinamiento, comenta el profesor. Actualmente tiene 23 estudiantes entre los grados tercero y once. “La sede está en área rural y tiene un impacto por cultivos de aguacate y caucho, hemos tratado de concientizarlos para que vean en el ecoturismo y las aves una forma de salir adelante”, apunta el docente.

 

Conservación

La bióloga Kelly Orozco, coordinadora del Encuentro, indicó que participan 27 clubes de 17 municipios de Caldas, en los que 11 están asociados a instituciones educativas y son liderados por docentes, los demás están vinculados a procesos ambientales en comunidades y otros los integran personas interesadas en el pajareo como un pasatiempo.

“Son aliados en la conservación, por medio de las áreas no solo se conservan las aves, sino los hábitats y otros organismos. Además es una actividad alterna en el campo, donde se pueden presentar diferentes temas alrededor de la educación, el sano esparcimiento, el disfrute, la conexión con la naturaleza y, eventualmente, también se pueda convertir una actividad de alternativa económica”, sostiene Orozco.

Estos clubes han sido apoyados durante 10 años por entidades como la Gobernación de Caldas y Corpocaldas, en asocio con Asociación Turística Empresarial, entre el 2008 y el 2009; la Sociedad Caldense de Ornitología, entre el 2015 y el 2016; Cronotopías en el 2020, y Cotelco Caldas, que lidera el proceso desde el 2018 hasta ahora.

*La periodista fue invitada por el evento.

 

Para crear un club

Para considerarse como club de avistamiento de aves en Caldas, hay que cumplir con los siguientes requisitos:

* Demostrar como mínimo de seis meses a un año de trayectoria ante Cotelco Caldas.

* Garantizar el sostenimiento en el tiempo.

* Tener un líder que esté a cargo y sea el contacto con Cotelco para la realización de actividades.

* Contar con disposición. “Sobre todo, pasión y disfrute por pajarear y la conservación”, dice la bióloga Kelly Orozco, coordinadora del Tercer Encuentro de Clubes de Avistamiento de Caldas.

 

Disfrutan

-Alison Dayana Ramírez Aristizábal, 10 años, del Club Chauna Chavaria de La Dorada

Me gustan mucho porque ellas son las mayores dispersoras de semillas y gracias a ellas tenemos tantos árboles y podemos respirar.

-Maribel Montoya Duque, 16 años, del Club Alas la Villa del Sol de Marquetalia

Ingresé este año. Me gusta el avistamiento porque me llama la atención la conservación de la fauna silvestre y la naturaleza.

-Juan Esteban Serna González, 15 años, del Club Viva Aves Castilla de Pácora

Me gusta la fauna. Sin los pájaros no tiene ambiente la naturaleza.

-Saray Michel Hernández Bustos, 11 años, del Club Tangaras de Victoria

Son muy hermosas. Las debemos cuidar. Ellas nos dan aire fresco, nos cuidan, tienen diferentes colores, toca cuidarlas porque pueden estar en extinción.

-Yuliana Andrea Franco Marín, 10 años, del Club Caciques de Pensilvania

Me gustan las aves porque son bonitas, tienen muchos colores. Ellas ayudan a dispersar semillas.

-Juliana Martínez Osorio, 12 años, del Club Cyanocorax yncas de Pensilvania

Me gustan las aves porque son un gran recuerdo de la belleza natural que tiene Colombia. Representan que todos somos diferentes e importantes. Son una parte fundamental de nuestro ecosistema. Cada mañana nos despiertan con su hermoso canto que nos alegra levantarnos para seguir luchando por ser ornitólogos.

Saray Michel Hernández Bustos y Thiago Fernet Pinto García revisan el picaflor de antifaz o enmascarado (Diglossa cyanea) en la guía Aves de mi vereda, del Semillero de Ornitología de la U. de Caldas.