En Kilómetro 41 se aventuran para llevar y traer alimentos

TATIANA GUERRERO

LA PATRIA l MANIZALES

La aventura normalmente traería satisfacción, pelos de punta y finales sorpresivos. En esta época sus efectos son distintos: incertidumbre y riesgo.

Estos efectos ya los sienten algunos comerciantes de  la vereda Kilómetro 41, a 55 minutos de Manizales, con tráfico normal y a 30 minutos en plena soledad.

La aventura la emprendió ayer José Orlando González López, propietario de Frutos del Jordán, quien envió un cargamento de guayabas pera hasta Bogotá. El poco tiempo de vida de esta fruta no le dejó más remedio que apresurar el encargo y dejar todo “en manos de Dios”.

López se mantuvo en vilo durante siete horas, con atisbos de incertidumbre. Solo deseaba que su despacho de guayabas llegase sin ningún contratiempo.

“Hay muchas restricciones y los fletes también encarecieron. Por ejemplo, para Bogotá estaban a $120 y aumentaron a $150”, lamentó el comerciante.

A prueba

Omar Ricardo Correa, dueño del Granero y Carnicería La Despensa, comenzará su hazaña hoy, cuando tome su vehículo particular y se traslade a Manizales para abastecerse de algunos víveres que ya escasean en su negocio. Teme que la Policía no le crea su versión y le endilguen una multa.

“No es rentable pagar transporte para abastecer la tienda. Me preocupa sacar el carro y que no me crean que voy a surtir. Hoy ensayaremos para ver cómo nos va”, contó.

A pesar de que el Gobierno ya estableció el Decreto 457, que permite la libre circulación a las cadenas de alimentos para el abastecimiento, la preocupación es constante en los comerciantes quienes se apegan al dicho “el camino es largo y culebrero”. La desconfianza se vislumbra en sus rostros y el concepto de aventura perdió su romanticismo en épocas de cuarentena.

Recuerde

*Durante los 19 días que dura la cuarentena los vehículos de carga de alimentos, víveres y de servicios de salud están eximidos del pago en los peajes del territorio nacional.