Néstor Buitrago, Caldense del Año 2022.

Fotos | Freddy Arango y Luis Trejos | LA PATRIA 

Jorge Hernán Botero, gerente comercial de LA PATRIA, le entrega a Néstor Buitrago el galardón como Caldense del Año 2022.

LA PATRIA | MANIZALES

La Basílica Menor de la Inmaculada Concepción de María en Manizales fue anoche el epicentro de la oleada de aplausos que engalanaron la entrega del voceador de prensa de LA PATRIA al ingeniero civil Néstor Buitrago Trujillo, elegido como el Caldense del Año 2022.

La edición 46 del galardón reconoció al ingeniero por su actuación ética y compromiso con la ciudad y el departamento. El también empresario ganó el voceador frente a otros 14 aspirantes. Los jurados fueron Óscar Villegas Velásquez, Luisa Fernanda Giraldo Zuluaga y Gabriel Barreneche Ramos.

En el mismo espacio, Jaime Alberto Valencia, secretario de Hacienda de Caldas, le entregó a Buitrago un pergamino de reconocimiento por su labor como empresario y ciudadano. Amigos y familiares acompañaron al ingeniero en la noche de celebración, que fue ambientada con la música de la Orquesta de Cámara de Caldas.

"Este hombre prudente hace su labor sin aspavientos": Jorge Hernán Botero Restrepo, gerente comercial de LA PATRIA

Buenas noches, hoy estoy aquí en representación de toda la familia Restrepo, de todos quienes hacen posible la edición diaria de LA PATRIA, pero sobre todo, de Nicolás, que no nos puede acompañar esta noche, aunque envía su saludo y su gratitud a todos ustedes. Mandémosle toda la mejor energía que podamos.

Gracias por acompañarnos en esta oportunidad a la entrega de un reconocimiento que desde 1976 otorga nuestro centenario ‘Periódico de casa’, LA PATRIA, que es parte de la idiosincrasia de esta región, como el café o el Nevado del Ruiz. Nuestro periódico entiende que hay que reconocer las buenas acciones de hombres y mujeres que han hecho posible que esta tierra sea lo que es y que construyen con sus acciones un futuro mejor para Creer en Caldas.

Si Néstor Buitrago Trujillo hubiera sido torero, con seguridad que sería de los que se paran en el centro de la arena y toman los toros por los cuernos. Porque así ha sido en su vida, una persona que sabe tomar decisiones y que se crece frente a las dificultades. No las rehúye, las asume para encontrar la mejor manera de capotearlas y salir airoso.

No en vano, este empresario es oído con respeto, como se escucha a los viejos sabios. Su consejo está presto para quienes lo han pedido y lo siguen pidiendo, bien se trate de prelados de la Iglesia Católica preocupados por el rumbo de la Arquidiócesis, o bien por alcaldes, gobernadores y ejecutivos necesitados de alguien con la capacidad de ver el panorama completo de una situación, de alguien con posturas firmes y, al tiempo, con gran sensibilidad social. Una combinación no fácil de encontrar.

Los tomadores de decisiones acuden a él, porque si algo caracteriza al Caldense del Año 2022 es su gran conocimiento de la ciudad y la región. No solo porque esta al día en todos los estudios que arrojan datos nuevos sobre una cuestión o la otra, sino porque habla con toda clase de personas y esa información la usa en la búsqueda de soluciones colectivas, que privilegien el bien común.

Resulta muy aleccionador que el jurado de esta edición del premio que entrega LA PATRIA haya destacado en su acta como primera característica de Néstor Buitrago que se trate de una persona “con actuación ética”. Qué importante hablar de estos asuntos, que muchos creen son espirituosos, en momentos que vemos cómo nuestras instituciones y nuestra ciudad se ven inmersos en señalamientos que muestran que ha importado más el bienestar personal y no el colectivo. De ahí que hoy sea una oportunidad para apreciar en las características del Caldense del Año, un ejemplo de cómo actuar en lo público y en lo privado, de cómo el recto camino no es fácil, pero es gratificante y termina por favorecer a muchos más.

Son innumerables las organizaciones que deben su existencia y su continuación a Néstor Buitrago. Desde Camacol y la Corporación Cívica de Caldas hasta la Universidad Autónoma, la Asociación Centro Histórico, la Fundación Amor por la Catedral, Nutrir, el Instituto Caldense para Liderazgo, Ceder y Cormanizales, entre muchas otras. Porque como lo escribieron sus postulantes, se trata de un hombre que “ha contribuido al debate de los principales temas de desarrollo de la región” porque “conoce como el que más la ciudad y sus problemáticas”. Tanto es así, que participa de cuanto ejercicio que piense el futuro lo reclama. Así lo hizo en Estoy con Manizales y Manizales 2019, donde era el primero en llegar y el último en irse.

Este hombre prudente hace su labor sin aspavientos, tan distinto a tanto autoproclamado líder en tiempos de redes sociales, el incapaz de dejar su megalomanía. El Caldense del Año 2022 es todo lo contrario, no anda cacareando las innovaciones que ha logrado y cómo se ha constituido en un generador de riqueza y de empleo. Se trata de un reconocido constructor, que es a la vez un defensor permanente de la producción agrícola. Porque el campo es otra de sus mayores preocupaciones.

Aunque ha aconsejado a políticos de todas las condiciones, fue esquivo a cargos públicos o de elección popular. Cercano al Partido Conservador, siempre le hicieron lances, pero él los supo esquivar, siempre poniendo por encima la defensa de la democracia.

Néstor, dice usted que no entiende por qué le hacen este reconocimiento. Eso no importa, porque habla mejor de los méritos que tiene para recibir la estatuilla del Voceador de Prensa. Lo importante es que lo entienden muy bien quienes lo postularon; también, el jurado integrado por Luisa Fernanda Giraldo Zuluaga, Óscar Villegas Velásquez y Gabriel Barreneche Ramos, que lo eligió y al que agradecemos. Pero más destacable aún, lo entienden miles de personas que se han beneficiado de las acciones desinteresadas y comprometidas del buen Caldense que es usted.

Néstor, muchas felicitaciones por este reconocimiento, que es más que merecido. No tenga duda de ello. Y sabemos que la ciudad y la región siguen esperando mucho de su sapiencia, aún falta bastante para que llegue el momento de cortarse la coleta.

Reciba de todos, quienes estamos acá con usted unas sinceras felicitaciones y un deseo porque continué por muchos años mas aportándonos excelente e innovadoras ideas.

"A todos ustedes muchas gracias": Néstor Buitrago Trujillo, Caldense del Año 2022

Cordial saludo para todos. En primer lugar quiero dar gracias a Dios porque este para mí tan significativo reconocimiento, tenga lugar en la Basílica Menor de la Inmaculada Concepción, en otras épocas la Parroquial, Iglesia donde fui bautizado y a cuyo acogedor alero pasé niñez y juventud.

También resaltar y agradecer como Caldense, el buen propósito del periódico de casa, LA PATRIA, como vocero ciudadano, de instaurar desde el año 1977 la distinción “El Caldense del Año”, para resaltar valores y ejecutorias de personas que, en adición al buen cumplimiento de sus deberes profesionales, hayan contribuido de alguna manera al buen suceso y mejoramiento de la sociedad. Creo que esta tradición, ya casi cincuentenaria, ha servido para mantener muy en alto valores como la solidaridad y la resiliencia. Gracias a la familia Restrepo por ser fiel pilar de la loable tradición.

Realmente he venido reflexionando sobre las posibles motivaciones que indujeron al calificado jurado que tuvo a bien escogerme como Caldense del Año 2022, pues, con toda sinceridad lo confieso, nunca estuvo dentro de mi ideario pensar en una distinción tan connotada, y menos, para esta elección, cuando se tuvo a consideración de los jurados una pléyade de personajes ilustres, merecedores cada uno de ellos, por mil títulos, de la escogencia. Leyendo el acta emitida por el jurado encuentro, quizá, algún hilo conductor que me hace pensar que estos ilustres personajes leyeron, entretejida en mí ya larga vida familiar, social y profesional, una constante propensión a no trabajar solo por mis intereses privados, sino, acompañar siempre estos con actividades de servicio a la comunidad.

Realmente mi propósito de vida, muy alimentado por lo que recibí de mis mayores, coayudado por la formación en el Colegio de Nuestra Señora y en la Universidad Nacional, sede Manizales, ha estado dirigida a tratar de ser un buen ciudadano, a la manera de lo enseñado por Sócrates hace casi 2.500 años, cuando lo definió así: “Es el ciudadano individuo o persona que, desde el análisis de su propia interioridad y racionalidad, descubre la importancia moral del compromiso con la ciudad. El ciudadano ya no se compromete con su ciudad por pertenecer al grupo, o por el miedo a ser castigado, sino porque es algo moralmente adecuado”.

Con algo de timidez, pero con decisión, confieso que si he tratado de dejarme conducir por estos conceptos, pues, estoy convencido que, así como para construir cualquier edificación requerimos de la participación de múltiples personas con conocimientos y destrezas diversos, con mayor razón para la construcción de una sociedad digna, es indispensable la participación, ojala de todos sus integrantes y, si bien es cierto que el solo hecho de tener un empleo o generar muchos de estos, pagar impuestos y contribuciones, no perturbar el orden y respetar el medio ambiente o al vecino, es de por si un gran aporte a la sociedad, siempre se podrá sacrificar un gramo de comodidad para que, junto con muchos otros gramos, se consigan toneladas de satisfacciones colectivas.

Y no hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos del poder de esas pequeñas - grandes participaciones comunitarias. A guisa de ejemplos memorables traigo el de la Fundación de Manizales, fruto precisamente de una conjunción de voluntades, la famosa “expedición de los 20” de los años 1842 y siguientes, que, capitaneada por Don Manuel Grisales, Don Joaquín Arango, Don Antonio Ceballos y Don Marcelino Palacios, empezó a descuajar montaña y a construir un caserío, que a los pocos años mereció ser elevado a la categoría de Municipio, el 12 de octubre de 1849, dando así el primer impulso a nuestra gran ciudad.

Y por qué no recordar también la otra gesta colectiva, la reconstrucción del Manizales pujante de los años 20 del siglo pasado que, tras los pavorosos incendios de 1925 y 1926, causantes de la destrucción de más de 40 manzanas, cuando sus gentes unidas, se empeñaron en construir, con material incombustible, concreto reforzado, novísimo en esta zona para la época, un símbolo y a la vez un hito: La Catedral de Manizales, que sirvió de paradigma para la reconstrucción del hoy Centro Histórico de la Ciudad, catalogado como patrimonio Nacional.

Pero si bien es cierto, en la corta historia de nuestro departamento hay muchos otros ejemplos de emprendimientos colectivos exitosos, me parece a mí que, este siglo XXI siglo de la tecnología y, por medio de esta, siglo de la comunicación instantánea, hemos perdido mucho de ese entusiasmo comprometido que nos hizo ejemplo para el país. Nos atascamos con el Aeropuerto del Café, necesidad inaplazable para generar valor al departamento, y cuál es la causa, no hemos tenido la grandeza de reconocerlo como una poderosa palanca de desarrollo y convertirlo en un propósito colectivo. De otro lado, sin sonrojarme lo digo, gracias al empuje antioqueño, nos volvimos a injertar en las vías de primer orden nacional con la construcción de las denominadas: Vías de la prosperidad, que en el trayecto La Pintada - La Virginia, recorre por terrenos o por los límites de 15 municipios caldenses, facilitando así la integración de cuatro de las zonas del departamento: Centro; Sur; Norte y Occidente. Pero lo que es aún más importante, nos acerca a los puertos, actualmente a Buenaventura y próximamente a Puerto Antioquia (Urabá Antioqueño), con todo lo que esto significa en potencialidad exportadora, convirtiendo la zona del K41, donde confluyen gran parte de las subregiones de Caldas, en un sitio de privilegio para todo tipo de desarrollos, dado, no solo su ubicación frente a la vía ya enunciada, sino que es zona topográficamente privilegiada, dotada con magnificas fuentes de agua, cruzada por las principales troncales eléctricas del occidente colombiano, y que, más temprano que tarde, deberá volver a contar con el ferrocarril desde Buenaventura con conexión a la costa Atlántica. ¿Pero qué requerimos para lo que hoy es una potencialidad única se vaya concretando?, juntar voluntades de los diferentes actores Públicos y Privados. Seriamos ciegos y sordos, si no cerramos filas, ojalá alineándonos con los departamentos vecinos, para crear allí un gran polo de desarrollo.

Y qué no decir del otro enclave privilegiado de nuestro departamento, La Dorada, cabecera de la subzona del Oriente, llamada también “Glorieta de Colombia”, ubicación estratégica como ninguna, sobre La Autopista del Sol y sobre el Rio Magdalena, punto de partida del Ferrocarril del mismo nombre, además cruce de poliductos, donde recientemente la universidad de Caldas inauguro una sede alterna, dándole así un nuevo motivo para convertirse en el enclave principal, no solo del oriente de Caldas sino de una vasta zona del Magdalena medio. No podremos olvidar que La Dorada es hoy por habitantes el segundo municipio de Caldas.

Gran reto para nuestros próximos gobernantes será el saber leer estas potencialidades que, si sabemos gestionarlas adecuadamente, sin lugar a dudas, nos permitirán recuperar puestos en el ranking de competitividad, en el que hemos venido descendiendo, lo mismo que en participación en el PIB nacional, lo que, a no dudarlo, traerá importante mejora en la calidad de vida de los caldenses.

Hay otro campo para el que quiero solicitarles unos minutos de su apreciable atención, el de la educación, aquella que toca con la primera infancia, la adolescencia y la primera juventud, donde se coayuda con los hogares en la formación de los hombres y mujeres que seguirán construyendo sociedad. Allí nos encontramos con unos aspectos que la sociedad toda debería conocer y, es precisamente por eso que quiero compartirles algunos datos básicos que nos dan idea de la evolución de nuestro proceso educativo.

En primer lugar, el DANE nos certifica que la natalidad, base de la pirámide poblacional, decrece en Caldas de forma dramática. Iniciando este siglo nacieron en Caldas 16.590 niños al año y, en el 2021, menos de la mitad 7.693, esto supuestamente nos llevaría a pensar que a menos niños y jóvenes por atender, la calidad de la educación debía tender a mejorar y más, si tenemos en cuenta que la inversión nacional en educación ha pasado del 3.5% del PIB en el año 2000, al 5% en el año 2022; solamente entre el 2018 y el 2022 tuvo una variación de 11 billones, al pasar de 38.5 billones a 49.2 billones.

La brecha de inequidad entre la educación pública y la privada es alarmante, en la última década, en promedio en Manizales, mientras el 55% de los colegios privados se ubicaron en la categoría más alta de las pruebas SABER, solo el 6% de los públicos accedieron a este rango, entretanto, en la categoría muy inferior se ubicó solo el 7% de los colegios privados y, el 38% de los oficiales.

Así mismo, es necesario mencionar la brecha entre la educación urbana y la rural, en Manizales por ejemplo, en resultados de las pruebas SABER en promedio de los últimos 7 años, la diferencia alcanza hasta un 12% en favor de lo urbano y, en el caso del departamento de Caldas, un 9%. Resultados que ya son suficientemente inferiores, toda vez que no alcanzan los promedios nacionales.

En resumen, los resultados en la evaluación de la calidad de la educación para el departamento de Caldas en los últimos 10 años no son buenos, atrás, muy atrás, quedaron los tiempos en que liderábamos la tabla de méritos y siempre manteníamos lugares de privilegio, hoy nos superan departamentos como Boyacá, Santander, Bogotá, Cundinamarca, Quindío, Risaralda, Norte de Santander, Valle del Cauca, y solamente superamos a Meta, Huila, Nariño, Casanare, Cesar, Caquetá, Arauca, Putumayo, Sucre, Cauca, Vichada, Guaviare Vaupés y Chocó.

Mi intensión no va más allá de, por decirlo así, tocar una campana que nos alerte a todos sobre esta situación. Estoy convencido que el campo de la educación básica y media requiere del compromiso de todos, sector oficial y sector privado, y no creería que las soluciones fuesen solo económicas, sino muy principalmente de orientación y seguimiento. No podemos olvidar que, sin una población bien educada, no solo en saberes si no en valores, el futuro se ve incierto, por decirlo menos.

Desde luego, no podemos olvidar, sin antes agradecer, esfuerzos tan importantes que en la dirección del mejoramiento de la educación hacen desde el sector privado, con decisión y compromiso, instituciones como: La Fundación Lúker, las Universidades, El Comité de Cafeteros, La Fundación Batuta, El Instituto IINES, La Corporación para el Desarrollo de Caldas, el Ceder, La Corporación Rafael Pombo, La Fundación Instituto de Liderazgo, entre muchas otras.

No puedo terminar estas palabras sin agradecer, primero a Dios que permite que estos acontecimientos sucedan; al Jurado que encontró, entre tantas personas llenas de merecimientos, que este humilde servidor fuese el escogido, escogencia que comparto con todos los postulados; a los amigos de la Tertulia que tuvieron el gesto benevolente de proponer mi nombre; a mi familia, razón de los afanes diarios y, muy especialmente a Esperancita, compañera de la vida, que hasta hace poco más de dos años estuvo alentando mi existencia. Y a todos ustedes muchas gracias por su apreciable compañía.

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