Bestialidad
Señor Director:
Desgraciadamente en algún lugar de la evolución, desviamos el rumbo para dejar de ser un medio y convertirnos en un fin, rompiendo la continuidad del hombre con lo natural. Por eso esa ruptura la estamos manifestando en actos de bestialidad, con acontecimientos heredados de nuestros antepasados iniciados quizás por Caín, acompañados de sufrimientos por falta de valores ya aprendidos y olvidados por la falta de moral, ética y respeto hacia los demás. Actos como los de Garavito, la muerte violenta de una mujer en el parque Nacional, la toma de Mapiripan, violaciones y asesinatos de padres hacia sus hijos e hijastros, personas volando desde ventanas de edificios y casas, lanzadas por otras o por decisión personal, sicópatas, humanos lanzando ácido y desfigurando personas, más conductores manejando en estado de embriaguez o bajo sustancias alucinógenas, demuestran la activación de bestialidad primitiva de un pasado con dolor. Este dolor que nos lleva a la venganza y la no aceptación de una incapacidad ética convirtiéndonos en bestias sueltas por todo el mundo, destrozandonos todos y no comprender que esta guerra piscológica y de armas es la paz del futuro.
Taxista amigo Daniel
El circo baldón
Señor Director:
Cinco candidatos hacen parte de la contienda electoral para la presidencia de la República, así como un comité que impulsa el voto en blanco, hasta aquí nada fuera de lo normal, o por lo menos de aquello que como normalidad entendemos en materia electoral, lo llamativo y a la vez preocupante de esta contienda que tendrá su primera etapa el próximo domingo 25 de mayo es la salida a flote de una serie de hechos que ponen en relieve una guerra sucia entre las campañas. Porque ni siquiera es una guerra entre posiciones ideológicas, ya que todos hacen parte de la misma corriente política.
El debate de ideas, la argumentación política y la lectura de las problemáticas nacionales han sido las grandes ausentes en esta campaña electoral, en cambio las intrigas, la publicidad negra, las acusaciones de ilegalidad han primado desde todas las vertientes.
El nivel de discusión llega al insulto, vituperio, ultraje e incluso a señalamientos que han llevado al propio fiscal general de la nación a llamar a indagatoria al expresidente Uribe, a JJ Rendón, a Germán Chica, a David Zuluaga entre otros, para aclarar muchas de las acaloradas declaraciones de las cuales hemos sido testigos. Incluso desde varios editorialistas se viene llamando a la cordura so pena de generar un clima de inestabilidad política de funestas consecuencias.
Pero lo que en el fondo estamos viendo no es para nada nuevo, tal y como lo demuestran los balances que el MOE ha realizado en procesos electorales previos, tanto para elecciones de cargos uninominales como plurinominales, la injerencia del narcotráfico en la financiación de campañas políticas representa un denominador preocupante y constante, sobre el cual falta que se sepa toda la verdad de su magnitud, incluso está por esclarecer el verdadero alcance del apoyo político de organizaciones criminales a pasadas campañas presidenciales, como lo ha manifestado por ejemplo Salvatore Mancuso desde su sitio de reclusión en los EE.UU., o las recientes declaraciones de Ernesto Báez que salpicaron a políticos caldenses (cuando trabajaba como médico rural en el Hospital San José del municipio de La Merced, el alcalde de ese entonces me indicaba que desde ese hospital, Ernesto Baéz, durante su apogeo, cuadraba reuniones con políticos regionales y prácticamente desde allí gobernaba, pero de eso nada se dice porque ese pueblo -por lo menos durante mi época de rural- estaba invadido por el silencio que impone el miedo, igual a como ocurre en todo el país).
El otro punto que también resulta preocupante es la consolidación de las fábricas de mentiras y sabotaje que se concretan desde los búnker de campaña, el periódico EL TIEMPO publicó en su edición de internet una entrevista con un miembro del equipo de la campaña de Óscar Iván Zuluaga encargado del tema de las redes sociales (Juan Sebastián Vargas), quien indicaba cómo se creaban cuentas falsas para sabotear o difamar a los otros candidatos -muchas de esas cuentas es muy común verlas en acción en los foros de opinión de los medios de comunicación, donde reina el insulto, el dicterio, el oprobio antes que cualquier razón-, así como para crear memes que ridiculicen al adversario.
La sátira de Juvenal "Panem et circenses" queda hoy más que nunca en su mejor esplendor, pero lo preocupante no es este circo del cual estamos siendo testigos, sino las funestas consecuencias que nos podría traer en un futuro no muy lejano, ya que es protagonizado por unas personas con sed de poder, poder que tal vez no sepan usar para el bien común.
Diego Batero
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