Es hora de despertarnos
Señor Director:
Los personalismos, las estériles agitaciones politiqueras, la irresponsabilidad y la falta de seriedad de los medios de comunicación, se han encargado de romper los crisoles que han de salvaguardar nuestra ética y moral. Hay quienes, en ejercicio de la política, han pisoteado las banderas de la disciplina, el orden, la moral y la ética. Sin embrago, y con cinismo, han sido aquellos quienes han pregonado defender estos principios, los que han desquebrajado, insultado y traicionado estos postulados.
Como es posible, que la nación de tan ilustres lideres del talante de Gilberto Álzate Avendaño y Laureano Gómez, se rinda ante los pies de los insurrectos, que alzan sus armas en contra del Estado y la de los ciudadanos colombianos. Somos los ciudadanos los que hemos permitido que sinvergüenzas se hayan lucrado de los Derechos Humanos, que con falsas víctimas han apelado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con el fin de encarcelar a nuestros héroes de la patria y obtener beneficios económicos producto de sus pruebas ficticias.
Hay quienes en la incongruencia de sus actos, a rajatabla exigen educación con insultos y daños a propiedad privada. Los actos de lo que han sido protagonistas encajan perfectamente en el adjetivo de vandálicos, curiosamente antónimo de lo que debería ser educación. Ha sido su falta de voluntad para estudiar, la que provocó que una vez logrado el cometido, no hubiese propuesta alguna para justificar las atroces vías de hecho utilizadas. La falta de conciliación y de uso de las vías pacíficas, los cegó a ver soluciones coherentes a la problemática que vive el sector de la educación en nuestro país.
También en nuestro país, existen personas que se guían solamente por albedríos e información proveniente de fuentes no confiables. Estas personas, antes de comunicar no se toman el tiempo de investigar y confirmar la información filtrada por chismosos con ahíncos destructivos. En tiempos donde la guerra de Vietnam, nos ha enseñado que la victoria a conflictos ya no es lograda por medio de las armas, si no que, esta se consigue a través del manejo de los medios y la coordinación de la política y lo militar. Estamos cayendo en el gravísimo error de volcar los medios hacia nuestras fuerzas armadas, comparando zonas donde se instruye a nuestros héroes para defender la democracia, con resorts similares a los concurridos por aquellos que se lucran a costas de la nación y de los derechos humanos. Nuestro conflicto no se acabará, si los colombianos no nos unimos para frenar la desinformación que circula sin restricción alguna.
Todo esto ha pasado, sin que aquella ideología, forjada en el pasado por poetas, pintores e ilustrados escritores nacionales, reacciones. Pues al parecer, los lideres conservadores se encuentran muy ocupados apoyando iniciativas, que buscan la inmunidad de los insurrectos y el detrimento patrimonial de la nación. Los personalismos y la burocracia, están primando sobre el orden, la ética y la moral dentro del partido Conservador. Estas actuaciones, han convertido las banderas azules en sabanas usadas de motel. Esta colectividad, genera en la población rechazo, cuando sus impetuosos ideales pregonan un mejor advenimiento para la nación, pero los personalismos han tirado estos ideales a un tercer plano.
Andrés Londoño Botero
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