Apoyo para conservar el centro
Señor Director:
En relación a recientes hechos ocurridos en el centro de la ciudad, en los cuales se desplomaron áticos y pechinales de edificaciones emblemáticas, quisiera resaltar el hecho de que la causa principal de dichas circunstancias están directamente relacionadas con el proceso histórico que han tenido los inmuebles incorporados en el área delimitada como Centro Histórico de la ciudad.
A raíz de los grandes incendios de los años 20 y con el auge del estilo republicano con grandes y vistosas fachadas ya levantadas en concreto que era el invento de moda por entonces, las viviendas que no fueron afectadas empezaron a copiar estos estilos siendo lo primero que eliminaron, los aleros que recogían agua, las enviaban a la vía por bajantes y protegía las fachadas.
Examinando antiguas fotografías, la ciudad tenía unidad compositiva con los techos cubriendo con aleros, la circulación peatonal de los andenes.
Los diferentes procesos urbanísticos producidos por ensanches a medida que el modernismo lo exigía, obligaron la desaparición del alero como elemento protector.
La función del alero se cambió por una canal maestra como remate de la fachada debidamente oculta bajo altos y bajos relieves, pechos de paloma y cornisas para conjugar estética con el conjunto de la fachada que recogía el agua lluvia de los techos.
Generalmente las canales y bajantes se revisan muy poco o nada y por ser elementos metálicos las uniones se dilatan y contraen con los cambios de clima, produciendo filtraciones que estando la canal oculta, no son apreciables a simple vista, pero van causando humedades transmitidas al componente de madera de las fachadas que es alto en el bahareque sea revestido, armado o embutido.
Las fachadas reciben igualmente una gran cantidad de agua proveniente de lluvias fuertes que las paredes absorben si no están suficientemente protegidas con pinturas especializadas para repeler la humedad.
El Centro Histórico necesita estímulos oficiales para ser protegido. Se requiere ayuda y colaboración oficial para mantenerlo, pues su fragilidad así lo exige.
En Colombia ya hay administraciones municipales que tienen incentivos para los propietarios de bienes de naturaleza patrimonial consistentes en beneficios tributarios, descuentos sobre tarifas del predial, los cuales deben deben ser aplicados al buen mantenimiento del inmueble respectivo o si no se suspende ese beneficio.
Solo así se podrá mantener lo que todos quisiéramos ver reluciente para orgullo general.
Da lástima pasar por edificios emblemáticos y ver su ruina y aspecto exterior como por ejemplo el Edificio Osiris. ¿Cómo estará por dentro si por fuera produce esta sensación?
Estos casos sucedidos tienen que producir reflexiones colectivas sobre cómo preservar un tesoro arquitectónico que puede desaparecer por inercia y descuido. El Estado tiene la palabra en primer lugar.
Los dueños de estas edificaciones necesitan urgente apoyo para sobrellevar la carga de su mantenimiento.
Respetuoso saludo,
Arq. Benjamín Patiño Toro
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