Homenaje a las madres (II)

Siempre quise tener una mamá. Una mamá que fuera mi sombra, que vigilara mis sueños, una mamá que me diera las buenas noches, que me echara la bendición al acostarme y con su dulce beso arrullara mis sueños hasta el otro día. Una mamá  que me contara cuentos aunque fueran llenos de fantasías e inverosimilitudes, una madre  que al despertar me diera con su ternura amorosa los buenos días. Una mujer con su delantal de mamà derramando el afecto bondadoso sobre sus hijos. Una mamá  efusiva y cariñosa  proyectando haces de amor con la tersura de sus manos. Una mamà con imanes en su alma para atraer a sus hijos a realizar el bien. Una madre que arrulle con su canto la armoniosa felicidad de sentirnos familia. Una madre, con olor a santidad adornada con una corona de virtudes en  su alma. Una madre, con un desvelo eterno  para velar por sus hijos con la alegría bondadosa de una santa bendecida por Dios. Una madre que guíe por el camino del bien iluminada con la grandeza de su luz desafiando los torbellinos de la adversidad, una madre que abrace con sus luengas  manos a sus hijos para protegerlos de las tempestades en las noches oscuras del infortunio. Una madre que enseñe con sabiduría los secretos de un sano vivir como ciudadanos de bien. Una madre que disfrute con amabilidad y tolerancia las flaquezas de sus hijos, una madre que sea corazón y cerebro para aceptar y comprender las grandezas y flaquezas de los seres humanos. Una madre, que sea luz permanente en las mañanas y tardes de nuestra existencia. Una madre con corazón de mujer para construir la paz y con cerebro de sabio para vivir en convivencia. Una madre que con sus brazos  de virtud, aprisione los sentimientos de sus hijos para grabarlos con tatuajes de amor en su regazo. En fin, la vida, me dio una madre muy parecida a ti. Una madre, que derramó lágrimas de amor sin que aparecieran en su rostro las arrugas de  la ingratitud, una madre a la que le correspondió desde sus entrañas la misión inmaculada y divina de ser madre. En fin, una mujer, que nació con vacación de madre.          

Gracias por haber sido gran mujer y excelente madre.