Malgenio, aparición de acné, ojeras, comerse las uñas, cansancio y ansiedad son los síntomas más comunes que aparecen cuando llega el estrés. Sí, esa sensación que no tiene aspecto, pero que a veces pareciera colgarse de la espalda o algún punto de la cabeza.
Julián Zapata, del colegio La Asunción, por ejemplo, siente muy a menudo esa tensión. Su caso más extremo ha sido desmayarse debido a tantas cargas académicas: "Me gusta estudiar, aprender, estar en todo. Entonces, a veces, siento que no me va a alcanzar el tiempo y por eso me desespero. Finalmente todo lo logro", dice, mientras Juan David Mora, del LANS, asegura que su estrés se debe a su desorden, mala distribución del tiempo y, por supuesto, a la acumulación de tareas. "Me acuesto pensando en todo lo que tengo que hacer, pero no realizo nada", indicó. Para él su mejor terapia es compartir con su novia.
Toda la vida
El caso de Julián y de Juan son típicos en la niñez, adolescencia y adultez. Según el psicólogo Jorge López el estrés no puede clasificarse por edades, pues ocurre durante toda la vida.
"Cualquier situación desconocida genera estrés en la persona. Por eso cada caso es distinto, pues para lo que un niño es un problema, para nosotros no significa nada", explicó.
La clave, según López, es aprender a manejar cada caso. Es decir, a sacarle el lado positivo a lo que se considera preocupante o malo sin necesidad de llorar ni patalear. "No se gana nada", agrega.
Alejandra Rodríguez, del Colegio de Cristo, se la juega en este escrito como la más relajada. Relata que a diario tiene mil cosas por hacer, pero con calma todo lo logra. "Sé que tengo que terminar lo que empiezo, entonces ¿para qué desesperarme?", se pregunta la joven. "Lo más importante es ir al ritmo de uno, confiar y creer en sí mismo", continuó. Escuchar música y salir son sus alternativas cuando la jornada se pone pesada.
El profesional advierte que el estrés sí tiene categorías: positiva y negativa. La primera ocurre cuando la responsabilidad empieza a exigirle más a la persona. La negativa, por su parte, cuando irrumpe la depresión y los líos con familiares y pares. "Existen ejercicios de respiración y cuerpo que ayudan a regular el estrés. Lo importante es entender que hay que racionalizar las tareas, estar seguro de que se pueden hacer y buscar la mejor salida", concluyó.
Y es justo esto lo que practica Raúl Andrés Giraldo, de la Institución Educativa Maltería, quien pese a sus decenas de actividades cotidianas siempre busca la mejor manera de converger sus responsabilidades sin descuidar sus aspectos físicos y emocionales.
Causas de estrés*
. Exigencia exagerada de un alto rendimiento en la escuela
. Fracaso escolar
. Acoso escolar
. Falta de tiempo libre por tener demasiadas actividades
. Problemas familiares, como separación de los padres o dificultades económicas
. Muerte de un familiar o un amigo
Síntomas
La mayoría de los adolescentes que sufren de estrés no son conscientes de ello, por esto es bueno que los padres estén atentos a la aparición de uno o varios síntomas cuando no tienen otra explicación médica:
. Disminución del apetito u otros cambios alimenticios
. Dolor de cabeza, de estómago y otras molestias estomacales
. Incapacidad de relajarse
. Ansiedad
. Comportamiento agresivo
. Ira, irritabilidad
. Cansancio permanente
. Insomnio
* Información tomada de vidasana.about.com
Papás, ¡pilas!
Qué pueden hacer para combatir el estrés de sus hijos:
A. Ayudarles a reconocer que tienen estrés.
B. Identificar la causa.
C. Modificar las expectativas (escolares, deportivas, artísticas) para que sean realistas.
D. Enseñarle a relajarse.
E. Organizarle actividades de ocio
F. Evitar drogas medicadas y alcohol.
Maneje el estrés
• Aprenda a respirar. Respirar de forma incorrecta puede crear ansiedad. La forma correcta: respirar desde el vientre, no el pecho. Ponga una mano encima del vientre. Si al inhalar y exhalar esta se mueve, respira correctamente. Esto puede disminuir el estrés casi en un ciento por ciento.
• Cálmese en un 2 x 3: Con un dedo, tape la fosa nasal derecha e inhale lenta y profundamente por la izquierda; exhala. Haga lo mismo con la izquierda.
• Saque un tiempo para recargar las baterías. Ya sea una hora en la mañana, antes de ir al colegio, o en la noche, antes de ir a cama. Escuche música, practique yoga o juegue con la mascota.
• Ejercítese. Haga cualquier clase de ejercicios. Estos liberan endorfinas en el cerebro, las llamadas hormonas de la felicidad, que calman y alegran.
• Elimine los estimulantes. El café, el azúcar y los alimentos procesados son una fuente de estrés en tu organismo. Elimínalos o redúcelos. Siga una dieta sana, con más frutas y vegetales frescos.
• Busque ayuda: Existen terapias y medicamentos que pueden ayudar a controlar el estrés. Si sientes que no puedes manejarlo sin ayuda, consulta con un médico, sicólogo o terapeuta capacitado para que lo oriente.
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