Los jóvenes que estudian música o tocan algún instrumento trabajan más fácil los dos hemisferios del cerebro. Adquieren mayor razonamiento y compresión lectora. Sobresalientes.
Sergio Salazar interpreta el violín. A los 10 años se decidió por este instrumento de cuerda frotada y sonido agudo y se entregó por completo al mundo sinfónico. Su relación puede describirse como una fusión, en la que él pone su empeño y la música le da disciplina, tranquilidad, paciencia, dedicación y concentración.
Así lo cuenta el muchacho, quien el año pasado se graduó de la Escuela Normal Superior de Caldas y sobresalió en las Pruebas Saber Icfes por su alto desempeño en áreas como lenguaje y matemáticas. También le fue bien en inglés y sociales.
"La música te ayuda a desarrollar capacidades de razonamiento, de lectura y a consolidar una calidad de vida única", dice.
A los 3 años de edad Sergio ingresó a Batuta, donde recibió apoyo para elegir el instrumento que más se adaptara a su perfil. En esa fase aprendió a leer partituras, a escuchar los diferentes sonidos que integran las orquestas, a oír a sus compañeros, a tomarse el tiempo para comprender, a distribuir su agenda y a fortalecer su sentido crítico. "Me ha dado bases para crecer en las esferas personal, académica y social", agregó el hoy estudiante de segundo semestre de Derecho, de 18 años.
Buena influencia
Para el psicólogo Jorge Hernán López, el testimonio del adolescente es resultado de los beneficios que le ha traído entender la música e interpretar un instrumento. "Estas personas fuerzan el cerebro a buscar alternativas psicomotrices, a aprender otro idioma (lóbulo derecho), a ocupar su tiempo libre, a reducir síntomas de estrés, de melancolía o tristeza, a explorar más temas paralelos y todo esto se refleja en el ámbito académico. Por eso suelen ser muy buenos estudiantes", explicó el profesional.
Argumento que complementa la neuropsicóloga Luisa Fernanda Méndez, quien advierte que los aspectos positivos dependen del acompañamiento pedagógico que recibe el joven: "No es tocar un instrumento por tocarlo, es aprender a cogerlo, a conocerlo, a entender las pausas rítmicas... Es un proceso en el que los chicos asumen otros tipos de análisis, realizan más sinapsis (conexiones), complementan los movimientos aprendidos y estimulan mejor los dos hemisferios. Normalmente esto no sucede".
Decisión de vida
A María Alejandra Rodríguez, de 15 años, también le apasiona el violín y hace dos años decidió inscribirse en la Corporación Rafael Pombo para foguear ese gusto.
"Llegué allí por un amigo que tocaba muy bien y me di cuenta de que fue la mejor opción. Tocar un instrumento significa hacer parte de otro mundo, es una alternativa que te enseña a apreciar el arte y te da alas para dejar volar tu imaginación", relata.
Ella está en décimo, en el colegio de Cristo, y cuenta que su rendimiento académico es muy bueno por su formación y la disciplina que le inyecta a cada tarea. "Uno aprende a hacer las cosas con empeño", dice.
"La concentración, la memoria y el trabajo en equipo son las capacidades en las que tienen ventajas los músicos. Hay que tener en cuenta que la música para los adolescentes en un elemento fundamental, pues a través de ella desarrollan su identidad y generan gustos. Los padres deben aprovechar este momento: darles a los jóvenes posibilidades y mostrarles que es una alternativa para la vida", opinó Carlos Eduardo López, docente de guitarra clásica de la Universidad de Caldas.
Tanto para Sergio como para María, la música hoy no es una opción, es un estilo de vida que no planean desplazar de su cotidianidad. "Como sea, uno cuadra el tiempo para los ensayos. Esa es la capacidad que te da la disciplina", concluyen.
Estudio de Batuta
Un estudio realizado por el consultor y economista Juan Felipe Jaramillo, contratado por la Fundación Luker para evaluar el efecto que tiene la formación musical de Batuta en las Pruebas Saber Icfes 11, demostró que cuando los jóvenes interpretan un instrumento sinfónico tienden a ser superiores en áreas como matemáticas y español. Las conclusiones arrojan que esto se debe gracias a que los chicos trabajan con los dos hemisferios y logran tener una mayor comprensión lectora y pensamiento abstracto.
"El estudio consolida la interpretación de un instrumento como un mecanismo que acaba con las inequidades, pues dentro de la muestra hay adolescentes de colegios situados en comunidades de bajos recursos (38) y el comportamiento es igual en el rendimiento académico", explicó Jaramillo. La investigación, realizada en el 2012 abarcó una muestra de 206 jóvenes.
Música y adolescencia
Unen coordinación, motricidad, audición, percepción, cognición, emoción. El cerebro realiza múltiples funciones de manera integrada estimulando el uso de los dos hemisferios.
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