Equilibra lo que piensas y controla lo que haces

Un problema familiar podría causarle a Robinson Smith Rodríguez una tristeza infinita. Su contra: "Frenar las ganas de llorar y buscar una solución", indica el joven, de 14 años.
Las alturas, por su parte, le producen miedo, en realidad pánico, pero disfruta la sensación. La rabia, eso sí, es la emoción, para él, más difícil de controlar. Asegura que dice cosas de las que después se arrepiente y hasta alza la voz sin la intención de ofender.
"Me pongo de mal genio y generalmente, lo que me produce esa emoción, es ver que las personas no hagan bien las cosas", agrega el estudiante de noveno grado, del colegio La Asunción. Ha tenido altercados con algunos compañeros de su clase debido a esta causa, pues para su beneficio se considera aplicado y estudioso.
Y aunque Laura Rendón, del Perpetuo Socorro, no conoce a Robinson, también piensa que la rabia es de las sensaciones más difíciles de tratar. "Cuando me ven la cara, me pongo de muy mal humor. Las mentiras me dan fobia y descubrirlas es lo peor", dijo.
Gritar, mirar feo, permanecer en silencio, pelear con la comida y hasta desquitarse con las personas son las principales consecuencias que le producen este estado de ánimo. Por eso, hoy lucha para cortarlo. Intenta hacer ejercicios de respiración y sacarle todo lo positivo a lo que no pinta de la mejor manera.
Jorge López, psicólogo, advierte que las emociones son instintivas, por lo que racionalizarlas es la tarea más complicada y, a la vez, práctica para el ser humano. "Si se empieza a ser asertivo, todo mejorará. Cualquier emoción que no se maneje traerá problemas, incluso, la alegría en exceso puede traer complicaciones para la salud", explicó el profesional, quien recomienda a los muchachos corregir sus acciones y procurar pensar bien antes de actuar.
López sugiere evitar reaccionar de la misma manera frente a los malos tratos y controlar los malos humores desde una profunda respiración. "Los adolescentes se dejan llevar por ofensas a nivel de socialización, así que no hay que caer en el juego", expresó.
Robinson y Laura se comprometieron a mejorar sus reacciones. A no neutralizar sensaciones y vivir el día a día con más calma. "Hay que ser más positivo. Cosas malas nos encontraremos toda la vida", concluyeron.      

Tristeza
Andrés Felipe Puerta, estudiante preuniversitario
Con silencio, así que pienso en relajarme y se me pasa.

Juan José Cruz, Institución Educativa Rural Seráfico San Antonio de Padua
Me siento solo, busco entonces a mis amigos para evitar esa sensación.

Miedo
Daniela Duque, Instituto Universitario
De da mal genio y medito para que se me pase rápido.

Jesús Mateo Orozco, Instituto Universitario
Siento nervios, por lo que respiro profundo unos 10 segundo para que se me quiten.

Rabia
Jhon Anderson Martínez, Fe y Alegría
Me nublo. Intentar relajarme es la mejor contra.

Juan David Puentes, La Asunción
Me pongo rojo. Respiro profundo para que se me pase.

Alegría
Sebastián Arias, Institución Educativa La Linda
Me río mucho, creo que es mi estado natural.

Diego Salazar, Institución Educativa Aureliano Gómez (Anserma)
Hago chistes. Trato de evitar problemas para mantenerme en ese estado.

Sorpresa
Laura Cristina Varón, Instituto Universitario
Soy poco expresiva, por lo que no demuestro mucho este estado.

Tenga en cuenta
-  ¿Sabías que el desequilibrio de las emociones y un sistema nervioso alterado también provocan confusión, letargo, tristeza, depresión, incluso rabia e ira?
- Según la medicina, las alteraciones de la salud se presentan cuando se pierde el equilibrio energético, tanto física como emocionalmente y el tratamiento consiste principalmente encontrar las causas y el verdadero origen del desequilibrio manifestado.
- Las emociones presentan un enorme desgaste de energía emocional y física. Así que equilibra, media y no te dejes llevar por el estrés o las malas decisiones.

Recomendaciones
1. Respira con calma.
2. Evita decir lo que piensas de manera impulsiva. Piensa.
3. Ponte en el lugar del otro.
4. Di las cosas a tiempo y sin ofensas.
5. Conoce tus defectos y cualidades antes de criticar.
6. Procura ser más racional, que instintivo.