Unión, con criterio técnico

Voluntad política es lo que ha faltado muchas veces en la región del Viejo Caldas, conocida también como Eje Cafetero, para lograr que sus dirigentes se unan en la gestión de proyectos de beneficio común para los departamentos de Quindío, Risaralda y Caldas. Por eso es muy positivo que los tres gobernadores, Carlos Eduardo Osorio, Sigifredo Salazar y Guido Echeverri, estén trabajando de la mano en la defensa de los intereses regionales y que, bajo ese enfoque, se avance en la concreción de iniciativas que de otra manera cruzarían por ambientes de incertidumbre.
Desde el comienzo de sus administraciones, en enero del 2016, a los tres mandatarios se les ha visto proyectando obras, concertando iniciativas, hablándole al Gobierno Nacional como bloque regional, y eso es bueno porque como dice el manido refrán, la unión hace la fuerza. Con toda seguridad es más fácil obtener apoyo desde instancias nacionales si la región es vista compacta, con esa voluntad política de trabajar juntos que antes solo ha sido manifestaciones discursivas de buenas intenciones pero sin ningún avance real.
No obstante, esa voluntad política para que resulte conveniente, en realidad, para la región y que los resultados representen beneficios conjuntos y no particulares, de menor impacto, tiene que venir acompañada de criterios técnicos que definan con claridad cuáles son los caminos más eficientes para alcanzar el mejor provecho general. En ese sentido, no puede haber improvisación a la hora de acordar las inversiones, como en el caso de los excedentes financieros actuales de Autopistas del Café que se deben reinvertir en esa obra, y en los cerca de $140 mil millones que se generarían si se traen a valor presente los excedentes que esa concesión genere en los próximos 9 años y que también se deben destinar a obras en ese corredor vial.
En la reunión del pasado jueves entre los tres gobernadores, funcionarios de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y del grupo Odinsa (socio mayoritario de Autopistas del Café) acordaron un plan de obras para acometer en Quindío, Risaralda y Caldas. Según tales conclusiones, la doble calzada en la variante La Paz-vía El Jazmín, en Caldas; dos puentes en sectores de Postobón y Makro, en Dosquebradas (Risaralda), y estudios y diseños de la vía la Terminal de Pereira y el sitio Punto 30 en la salida a Armenia; así como la doble calzada entre Armenia y La Paila (Valle del Cauca) fueron señaladas las que se deben priorizar con esos dineros.
Sin embargo, en esto no puede haber ligerezas, y no se trata de repartir los recursos milimétricamente en tres, sino establecer a qué obras se les debe dar prioridad sin importar su ubicación, sino el impacto en la eficiencia que puede ganar la vía que une las tres capitales. Es claro que el gran cuello de botella en la carretera está en el sector entre Chinchiná y Santa Rosa de Cabal (Risaralda) y es a ese tramo por donde se deben iniciar de las ejecuciones y la inversión de los recursos. Con seguridad un serio análisis técnico llegaría a esa conclusión, además porque ya cuenta con los estudios y diseños de rigor, razón por la cual esas alianzas entre los mandatarios del Eje Cafetero tienen que estar basadas sobre todo en lo técnico, que unido a la voluntad política, puede arrojar resultados beneficiosos para la región.

Después de Semana Santa se realizará una nueva reunión para definir detalles y concretar cómo y dónde se acometerán las obras, es fundamental que se concrete el plan de trabajo y que lo más pronto posible se adelanten las obras necesarias en la doble calzada La Paz-El Jazmín, incluyendo la doble calzada en la nueva variante de Chinchiná. Debemos mirar la vía principal que una a los tres departamentos como un todo y de esa manera proceder en la búsqueda de una mayor competitividad regional.