La semana pasada se conoció que en la cárcel de varones La Blanca, de Manizales, hay actualmente un brote de tuberculosis que tiene a tres internos hospitalizados en condiciones de aislamiento, a dos más en tratamiento en el penal y a otros 39 a la espera de resultados de baciloscopias para determinar si están infectados con esa enfermedad. Lo cierto del caso es que las pésimas condiciones de aseo y el hacinamiento son caldo de cultivo para toda clase de males en la salud de quienes allí permanecen.
A todo esto hay que sumar otros factores desencadenantes como la desnutrición, la falta de ventilación en la sede penitenciaria, el alto consumo de sustancias psicoactivas y la intermitencia de los tratamientos, debido a las fallas en la atención que presta la Fiduprevisora, entidad encargada de atender a los internos. Aunque la Secretaría de Salud de Manizales y la Dirección Territorial de Salud de Caldas intervienen cuando son llamadas por los directivos de la cárcel para atender coyunturas específicas, no hay los mecanismos necesarios para prevenir brotes como el de la tuberculosis.
La realidad de La Blanca hoy es que se tiene un hacinamiento del 130% (1.507 internos), lo que significa que un espacio de 2,3 metros por 2,8 metros es compartido por cuatro reos, población que se mantiene en esa cifra desde principios del año gracias al plan reglamento instaurado por el sindicato del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), pues de lo contrario podría ser mucho más alta, con un riesgo muchísimo peor para todos los internos. Además, la casi inexistencia de atención digna en salud para esta población hace que el tratamiento para otras enfermedades también se dé en condiciones precarias, lo que generan peligro también para los guardianes y funcionarios y para los cerca de mil visitantes que llegan cada fin de semana a ver a sus familiares.
La semana pasada se logró un acuerdo con el consorcio Fondo de atención en salud para la población privada de la libertad, que tiene sede en Bogotá, para atender de manera inmediata la situación. Ojalá que así sea y que no se trate solo de una nueva evasiva frente a un asunto tan delicado de salud pública, pues si bien la vulnerabilidad es alta en el centro carcelario, éste también se convierte en foco de insalubridad que puede afectar al resto de la población manizaleña y caldense si no se atiende de manera seria e integral.
No obstante, la única manera de frenar este tipo de problemas es solucionar en forma definitiva el hacinamiento e insalubridad general que se padece no solo en La Blanca, sino en la generalidad de los centros de reclusión en el país. Son muchas las promesas gubernamentales acerca de medidas contundentes para hacerle frente a estos problemas, pero el tiempo pasa y los remedios de fondo no llegan o lo hacen a cuentagotas, lo que no tiene un efecto real para superar tan crítica situación. Hoy el promedio de hacinamiento en el país es del 52%, lo que se convierte en un factor de alto riesgo para toda clase de enfermedades, a lo que se suma que en esos lugares no hay opciones reales de rehabilitación, sino que son una especie de escuelas del crimen en medio de ambientes degradantes e inhumanos.
Lo que ocurre en Manizales es solo un síntoma de una crisis humanitaria mayor, que es reflejo de factores estructurales que han sido atendidos de manera eficiente en los últimos 20 años. Se requiere con urgencia ampliar los cupos con nuevas cárceles, las cuales deben contar con condiciones para que los detenidos estén saludables y puedan dignamente construir nuevos proyectos de vida que los saquen de la espiral de delincuencia. Si hay determinaciones consistentes en este sentido los riesgos de brotes de enfermedad como el actual podrán sortearse de manera exitosa.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015