Hemingway dejó en su bellísima obra: “El viejo y el mar” plasmada la historia de un pescador que quiere dejar en un joven amigo de la playa la enseñanza de cómo pescar un gigante pez. La narración es como ir en la pequeña barca del valiente y viejo pescador, que cansado logra su hazaña. Es hermosa su lectura y bella la lección.
Hoy 26 de julio celebra el calendario cristiano la memoria de los santos Joaquin y Ana quienes según la tradición fueron los padres de la Virgen María Madre de Jesús. Con este motivo en muchas partes se celebra hoy el Día de los Abuelos, de los ancianos, de la tercera edad.
Si bien es verdad que se trata de rescatar el valor del viejo como fuente de sabiduría por su experiencia y vivencia de la historia que mantiene viva la valía de la historia, si bien se valora el valor del viejo en las comunidades como frescura narrativa, para muchos se tiende a mirar “el viejo y el mal “, ya que llegando las enfermedades propias del momento geriátrico se le margina, se le envía y encierra en la parte más oculta de la casa. Muchos optan por dejarlos abandonados en una casa de ancianos para experimentar en carne viva la realidad del olvido.
No es muy saludable constatar la poca valoración a la narrativa histórica, la poca importancia dada al estudio de la historia de una región, patria o sucesos bajo la falsa premisa que afirma que el pasado ha sido desastre, corrupción, equívoco, opresión para hacer creer que la realidad y la verdad solo comienza hoy.
No se hace honor a la verdad callar el pasado histórico de nuestra Patria, sus luchas patrióticas, las gestas de nuestros antepasados que en búsqueda de un mundo mejor han trazado líneas, opciones, episodios de bienestar y progreso en momentos distintos de vivencias sociales.
No es positivo dejar navegar la idea del “viejo y el mal”, que lleva a evidentes injusticias de abandono a muchos ancianos, de aumento de quienes necesitan un sitio digno para vivir sus últimos años y morir con placidez. Hace falta apoyo para estos centros, estímulo para sus fundadores y directores. Hay situaciones que debe despertar en todos “las obras de misericordia”.