El título corresponde a una novela de la primera mitad del siglo XX escrita por el médico  estadounidense Frank G Slaughter,1908-2001, quien produjo muchos textos novelados sobre temas médicos, como lo han hecho otros e inclusive importantes caldenses como Félix Henao Toro, Orlando Mejía Rivera, Octavio Escobar Giraldo y Gustavo López Ramírez.
En el contexto universal innumerables autores médicos se han distinguido como A J Cronin y su famosa obra La Ciudadela, y recientemente  Robin Cook en otra dimensión con la novela Coma, la cual abrió el camino a sus otras producciones.
Regresando a Nadie debería morir, la frase se debe aplicar a la consideración sobre las acciones contra el cáncer del cuello uterino. La meta para Caldas, 2040,y quizá para el país, sería lograr que ninguna mujer muriera por esta clase de tumor maligno.
Están dadas las condiciones para, en primer lugar, eliminar  la muerte de las pacientes  y, en segundo lugar, que las mujeres no se enfermen por esta clase de lesiones malignas. Parece un contrasentido acabar primero con la muerte de las enfermas y en posterior etapa erradicar la afección mencionada pero es lógico con este tipo de padecimiento, lo que no sucede con otras patologías en donde para eliminar la muerte se debe exterminar la enfermedad.
Ahora bien, si no hay cáncer de cuello uterino se concluye que no habrá mortalidad por esta causa, lo que se logrará en el tiempo. Hoy, es evitar la muerte, por lo que nadie se debería morir por causa del cáncer cervicouterino.
El  médico griego Giorgios Papanicolau, 1883-1962, inventó  la prueba llamada Papanicolau en su honor y que consiste en identificar células malignas en el cuello del útero de la mujer, como indicador de cáncer, estudio especial de laboratorio denominado hoy comúnmente citología del cuello uterino.
Cuando se identifican células malignas estas se clasifican mediante el Sistema Bethesda, en honor al reconocido Hospital Naval estadounidense, lugar en el cual se hizo la investigación.  
El advenimiento del estudio y su utilización masiva disminuyó dramáticamente el cáncer del cuello uterino por ser una  prueba de las denominadas de tamizaje, que se constituyen con la identificación colposcópica de alteraciones macroscópicas del tejido,  identificadas hoy mediante colposcopio, en pruebas de diagnóstico precoz de cáncer del cuello uterino.
La citología debe ser realizada periódicamente; muchos asocian la regularidad de la prueba dependiendo de factores de riesgo para lograr su objetivo en el tiempo. Estos  comienzan con las primeras relaciones sexuales; la presencia del Virus del Papiloma Humano, VPH; enfermedades de transmisión sexual; anticonceptivos orales;  inmunodepresión o  tabaquismo activo
El Ministerio de Salud y Protección Social  ha recomendado que antes de los 25 años de edad la prueba puede ser eliminada, se creería que la mujer no tuviera factores de riesgo asociados.
El corte de los 25 años es discutible para ser aplicado indiscriminadamente. En las dos semanas anteriores se han identificado en Manizales dos mujeres, con 20 y 21 años de edad que tienen cáncer, debidamente investigado.
¿Qué hubiera pasado si dejan transcurrir 5 años? En este tumor no se deben poner barreras inferiores para el diagnóstico precoz, incluyendo la tipificación de VPH, que servirá como monitor de futuras lesiones cervicales.
La vacuna contra el VPH es apropiada, pero deben ser analizados sus resultados. Será pilar fundamental en la contención de la enfermedad y subsecuentemente la eliminación de la muerte por esta causa.
Las cifras de cáncer cervical indican que en Manizales se diagnosticaron 66 casos  nuevos entre 2018-2020 y 54 mujeres murieron por el tumor.
Nota. Referencias: Registro Poblacional de Cáncer, Caldas. Comisión intersectorial de Cáncer, Manizales.