Generalmente los seres humanos quieren lo mejor pero no siempre lo consiguen, a pesar del interés que tienen en lograrlo, para lo cual emplean tiempo y recursos, en ocasiones sin límites, y puede llegar el día final de su estadía terrenal sin obtener lo que han buscado con ahínco o simplemente esperando.
De otro lado, cuando los demás esperan que una  persona realice una obra  de cualquier  clase, ya sea que se beneficie personalmente, su familia o sus allegados, esperan que quien tiene la encomienda de la acción, material o inmaterial, haga lo mejor.
Hacer tiene muchos ángulos que conducen a la realidad de  lograr, entender, aprobar o beneficiar. El no hacer puede ser considerado como omisión o simplemente es el resultado de un raciocinio, amplio o reducido, que le indica que no debe actuar.  
Las personas por su naturaleza esperan que lo que les atañe sea lo mejor que pueden  hacer y obtener. Cuando no hay respuesta porque no hay acción y se da la omisión se debe valorar  la decisión de no hacer.
Las personas pueden, si están preparadas para ello,  diferenciar lo bueno de lo malo no solamente identificado en el final de la acción, sino a través de la construcción de la obra. Este análisis implica hacer comparaciones de toda clase para definir la cualidad;, si ello no se hace no se puede etiquetar con algo de certeza. Lo demás es una opinión siempre respetable.
Una norma que se debe cumplir, cuando ha sido estudiada, practicada y comunicada, es el apego al Estado del Arte. Esto implica que cuando se quiere una acción moderna y suficientemente benévola debe regirse por lo que en la actualidad esté reconocido y validado como lo mejor.
En cualquier obra del ser humano  se debe tener presente el momento en el cual la realiza y someterse a los requisitos que delinean su accionar para lograr lo mejor en el presente. Debe considerarse que no siempre es posible lograr lo ideal pero existe la obligación de propender por lo inmejorable
En las ciencias de la salud debe imperar la vigencia de la Lex Artis. Quienes sean responsables de los ejercicios de las profesiones involucradas en las acciones que conduzcan a la obtención, recuperación y estabilización de la salud humana o animal, en el aspecto asistencial, deben estar actualizados. No hay alternativa;, es un deber.  No siempre es fácil, y en Colombia hay varios factores en contra de la actualización permanente y universal de todos los profesionales,  técnicos y tecnólogos del área.
¿Y, los demás? Sigue siendo válida la premisa que manda  que cualquier persona, que ejerza una profesión o una tecnología o que tenga un empleo o aspire a tenerlo, tienen  el deber de estar permanentemente actualizado. Es una condición personal e intransferible. Las instituciones deben propender porque ello se logre y ubicar metas a corto y mediano plazo.
Cualquiera que tenga relación laboral o contractual con otras personas debe estar en capacidad de mantener su actualización. Pueden existir las dificultades de tiempo y dinero las cuales  pueden ser solucionadas con determinación personal y anhelos  de ser siempre mejor en las actividades encomendadas. Hoy con las bondades de los procesos virtuales y gratuitos, financiados por otros con distintos intereses, el acercamiento a las fuentes del saber y la tecnología para mantener una instrucción que les permita un mínimo de seguridad en sus quehaceres,  se convierte en una exigencia moderna.
Nota 1: Todos los días son del niño. En ello la sociedad no debe equivocarse. Sin embrujo.
Nota 2. Excelente libro: Alexander von Humboldt. Aproximaciones Múltiples. Gregor C Falk y colaboradores. 2022. Springer.