El conocimiento o la percepción de China es variable. Hoy la República Popular de China, 949, es un país importante que trasciende de diferente manera casi todos los continentes.
Es fundamental para la economía mundial a través de los distintos componentes estatales con población y territorio enormes.
Su política diversa ha permeado a todas las sociedades. No se puede desconocer el impacto a través de sus grandes y variados comercios junto a las investigaciones por intermedio de ciencia y tecnología.  
Se debe analizar el editorial aparecido en The Lancet, el sábado anterior titulado: Enfermedades no transmisibles en China: una marea creciente. Revela un problema importante.
El documento es el resultado de una conferencia, realizada entre Lancet y la Academia China de Ciencias Médicas, en noviembre. Se transcriben y ensamblan partes que reflejan una situación sanitaria parecida a lo que sucede en el país. 
La carga de las enfermedades no transmisibles a la que se enfrenta China es monumental. El impacto económico de la diabetes superará la tasa de crecimiento del PIB durante 2020-30. En junio se estimaron 118  millones de diabéticos  y se prevé la asombrosa cifra de 257 millones para 2050.
La prevalencia de hipertensión arterial aumentó del 25,7% en 2007 al 31,5% en 2017, pero solo el 34,2% de los hipertensos fueron tratados y el 9,2% tuvo efectivamente su presión controlada. Los datos revelaron disparidades sustanciales en la concientización, el tratamiento y el control de la hipertensión en la atención primaria en toda China.
China tiene la mayor carga económica de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) a nivel mundial, principalmente debido a ser el mayor productor y consumidor de tabaco. Además, 700 millones(50% de la población), incluidos 180 millones de niños, están expuestas al humo de segunda mano. En 2019, tuvo el mayor número de muertes mundiales atribuidas a EPOC. 
Para frenar la influencia de las industrias del tabaco, los alimentos y el alcohol será necesaria la participación de sectores más allá de la salud.
Es necesaria una transformación del sistema de salud, de uno centrado en el tratamiento a uno centrado en la prevención, junto con el fortalecimiento de la atención primaria de salud.( Colombia lo necesita igual). La distribución de los recursos médicos en China es muy desigual. Los grandes hospitales tienen pocos incentivos para pasar a la prevención y el manejo de la salud basados en la población.
Seis propuestas concretas: el establecimiento de un sistema integrado de prestación de servicios basado en la población; aprovechar las herramientas digitales para apoyar estilos de vida más saludables; movilizar campañas de información para abordar los factores de riesgo; mejorar la protección financiera de las poblaciones vulnerables; la promoción de políticas de “salud para todos”; y la creación de un sistema de seguimiento y evaluación de la cobertura sanitaria universal. 
Aunque China ha invertido cada vez más en salud, se describió el gasto de solo el 6% del PIB, igual a Colombia, en atención médica como “terriblemente insuficiente.” 
China ha logrado enormes avances en materia de salud en las últimas décadas. Sin embargo, las enfermedades no transmisibles están comprometiendo cada vez más estos avances, exacerbados por el rápido envejecimiento de la población y los efectos del cambio climático. (¿Y, Colombia?) 
Las enfermedades no transmisibles amenazan la salud de las personas, la economía del país y el funcionamiento del sistema de salud. Estos hechos exigen no sólo el reconocimiento y la adaptación por parte del sistema de salud, sino también, quizás lo más importante, cambios más amplios para regular mejor los determinantes comerciales de la salud y proporcionar las políticas para centrarse en la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud.