“El sabio no se sienta a lamentarse, sino que se dedica alegremente a reparar el daño”. Shakespeare.

Mientras el negativo reniega sobre lo malo que pasó, el optimista se pregunta: ¿Qué aprendo de esto?

Mientras el ignorante se hunde ante una dificultad, el sabio la aprovecha para dar lo mejor de sí.

Cada día tú eliges hablar de problemas o de soluciones, ser un crítico de lo que pasa o alguien que transforma la realidad.

Ni Buda, ni Jesús ni Lao Tse, malgastaron su energía criticando ni hablando mal de lo que les tocó vivir.

Bach aceptó su orfandad de padre y madre a los 10 años y Beethoven siguió componiendo estando sordo.  

Los seres humanos llaman “males” a vivencias que esconden valiosas lecciones para su vida.

Por eso el inventor Edison dijo: “Ser medio sordo me sirvió para concentrarme más en mis investigaciones”.

@gonzalogallog