Haciendo eco del llamado en su editorial del 27 de febrero, al civismo de la sociedad civil en el sentido de dar ideas y observaciones para salvar la PTAR, me permito hacer las siguientes y ofrecer un salvavidas al proyecto, teniendo en cuenta que soy ingeniero y llevo más de 25 años haciendo seguimiento al proceso tendiente al saneamiento del río Chinchiná. Se han cometido sucesivos errores técnicos en diferentes administraciones, en determinaciones respecto a su ubicación que sigue costando más dinero y cada vez será más.
Primero compraron unos lotes contiguos al puente de Villamaría, no sirvieron por que la cota no daba para colectar todas las aguas residuales del costado sur de Manizales y Villamaría, además de estar muy bajo respecto a la rivera del río con el riesgo de que una avalancha destruyera la infraestructura que allí se ubicara. Hicieron un estudio que costó más de $1.000 millones, contratado con Ingesam, firma que evaluó con una metodología adecuada comparativamente 5 lotes para su posible ubicación, los cuales deberían estar suficientemente retirados de la zona urbana para evitar el riesgo de malos olores en urbanizaciones cercanas y con una cota que, en una ciudad de montaña como Manizales, se pudiera colectar todas las aguas residuales por gravedad y también de Villamaría. Ningún lote de ese estudio fue usado para la ubicación actual que pretenden erróneamente.
Compraron unos lotes en Villamaría, que no estaba contemplado en el estudio inicial de Ingesam; contrataron un estudio específico para ese lote el cual no compararon ni por curiosidad intelectual con la metodología del realizado anteriormente. Personalmente manifesté que ese lote no servía. El gerente de Aguas Manizales de ese entonces manifestó que: “los estudios a que yo me refería eran viejos, que habían hecho unos más actualizados y que sí servían”. Compraron tres predios y se les materializaron todos los riesgos, volviendo inviable construirla allí. Uno de los riesgos es que el lote lo cruza una línea de alta tensión de ISA y su desviación valía en ese entonces aproximadamente $12.000 millones. Luego la única forma de salvar la mala decisión era conseguir un lote que fuera del Municipio, que no costara nada adicional y que no se produjera un escándalo. Así terminó la PTAR ubicada forzosamente.
Por supuesto contrataron otro estudio sin compararlo con la metodología del de Ingesam y los otros lotes de ese estudio para argumentar su ubicación.Tuvieron que cambiar el POT, ya que ese lote nunca estuvo con destinación para una PTAR, ya que tiene varios problemas (que en términos de análisis de proyectos se llaman riesgos) y estaba destinado a escombrera primero y finalmente a un parque que entre otras cosas carecen los habitantes de Fátima, Aranjuez Malabar. Entre otros riesgos:
Riesgo 1: Está ubicado en medio de casas, torres de apartamentos y negocios que van a ser impactados por malos olores en un radio de varios cientos de metros de la PTAR en Manizales y Villamaría y que reclamarán el derecho fundamental y constitucional a un ambiente sano. Un antecedente es la planta Aguas Claras en Medellín, de EPM, que a pesar de ser construida con la mayor tecnología en Latinoamérica produce malos olores y las pretensiones en demandas son de un 50% del valor comercial de los bienes inmuebles y de los negocios. Riesgo 2: Tiene problemas de cota, porque allí no se podrán colectar todas las aguas residuales del costado sur de Manizales y de Villamaría, requiriéndose bombear aguas negras, aspecto que es costosísimo y absurdo en una ciudad de montaña que puede hacerlo por gravedad. Riesgo 3: Al no poder colectar todas la Aguas de Villamaría y en especial del sector de La Pradera, que es la zona del futuro crecimiento de Villamaría, negamos la opción de tener una posibilidad de ingresos que mejoren la situación financiera del proyecto.
Estos riesgos tienen que valorarse y cuantificarse; además definir cómo se van a mitigar si se materializan o cómo se va a transferir el riesgo; por que por ejemplo el de malos olores no es menor y puede costar muchas decenas de miles de millones y Aguas y el Municipio los podrán perder, como se vio en el caso reciente del fallo de la tragedia de Cervantes.
Salvavidas: Mi familia posee el lote Tejares, que en este momento es el más adecuado, fue analizado en el estudio de Ingesam. Aguas de Manizales contrató otro estudio posterior con Acuaterra, de estabilidad, geotecnia, sísmica, vulnerabilidad y riesgo, con excelentes resultados. Somos conscientes de las dificultades económicas del proyecto, luego podríamos aportar el lote en una APP o en arriendo en la vida del proyecto. No podemos renunciar al saneamiento del río Chinchiná, dado que es un fallo de una acción popular y es la base para el desarrollo ecoturístico y de avistamiento de aves del corredor que cruza a Manizales, lo cual generará grandes ingresos para la ciudad.