Cuando Chávez ganó la presidencia de Venezuela a finales de 1998 el escenario político e institucional estaba marcado por una alta corrupción en todas las ramas del poder público, incluida la justicia en su más alto nivel. A su vez, la inequidad social era muy fuerte y había una sensación de que políticos y ricos eran indolentes con los pobres. Chávez interpretó magistralmente el sentimiento popular, básicamente en cuanto a la necesidad de buscar una mayor equidad e inclusión económica y social. Sectores empresariales y de clase media lo acompañaron, pensando que traería un aire refrescante durante su período presidencial y que podrían influenciarlo durante su gobierno y obtener réditos.
El gobierno del coronel empezó a desplegar sus alas durante el primer año y convocó una constituyente a finales de 1999. La votación estuvo marcada por la abstención y los opositores de Chávez no acudieron a las urnas. Esta constituyente mayoritariamente chavista expidió una nueva constitución que trajo un fuerte cambio institucional en Venezuela.
Pero el viraje radical, y el inicio a fondo de su revolución, se dio en el 2002 como una reacción al paro de PDVSA y al efímero golpe de Estado que sufrió. Sus referentes se definen y es cuando mira a Cuba y entabla el diálogo cotidiano con Fidel Castro. El resto de la tragedia ya lo sabemos todos.
Gustavo Petro sorprendió al salir como el candidato líder de las últimas encuestas, lo cual indica que una buena porción de posibles votantes lo quiere ver como presidente y que su peso en este debate presidencial es real. Si marcó un 23,4 % es por algo; sin duda mucha gente cree en él. Su gran acierto ha sido apuntar a lo que muchos, especialmente los más necesitados, quieren escuchar. La redención de los pobres, reducir la gigantesca brecha social y económica y combatir la injusticia social son sus propuestas básicas de campaña. Su fuerte crecimiento en las encuestas y el hecho de convertirse en un candidato a considerar permite hablar del fenómeno de la petromanía.
Así como en el funcionamiento de los resortes una acción trae inexorablemente una reacción, a la petromanía la siguió de forma rápida y exponencial toda una manifestación de rechazo a Petro con un argumento único: Petro es igual a Chávez, de ser presidente llevaría a Colombia a la misma tragedia que vive Venezuela. Esta es la petrofobia. El odio y el temor por Petro han crecido de manera evidente.
Una hipotética presidencia de Petro sería tremendamente traumática y generaría una inestabilidad costosa en todo sentido. En particular, la economía y las finanzas del Estado podrían sufrir enormemente. Petro es megalómano, autoritario, tiene aires de monarca y se cree redentor. Y esto es una muy mala cuota inicial para un gobierno suyo. En esto se parece a Hugo Chávez, Fidel Castro y Álvaro Uribe.
Pero no creo que la tendencia creciente de Petro se mantenga hasta el final, es muy posible que no pase a segunda vuelta; y si eventualmente pasa, sin duda sería derrotado por cualquiera que sea su rival. Por otro lado, si bien hay similitudes que deben tomarse muy en serio, la situación de Colombia no es la de Venezuela hace veinte años. Además, la tragedia de nuestros vecinos ha prendido suficientes alarmas para que podamos evitar que suceda aquí.
Pero no es bueno seguir como vamos, pues nuestra política produce rabia y asco, la mayoría de los políticos son forajidos y facinerosos; las más sentidas necesidades de la gente del común se pasan por la faja. Si algo debe enseñar el éxito de Petro en lo que va de campaña, es que de verdad hay que realizar cambios que beneficien a quienes más lo necesitan y castigar severamente la corrupción. De lo contrario seguirán apareciendo candidatos pirómanos que pueden causar una destrucción irreparable un día de estos.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015