Las ciudades, al igual que sus habitantes, están en permanente desarrollo. Cada metro de pavimentación que avanza una ciudad hace que esta no sea la misma. Sostienen los científicos que ninguna célula del cuerpo humano sobrevive más de un año, excepto las del hipotálamo, así que ninguna de las células con las cuales nacimos están en nuestro cuerpo. Somos un cambio permanente. Cada habitante que llega a una metrópoli deja una huella; por ínfima y anónima que sea, queda un registro en una estadística, fue construida una vivienda para albergarlo o se ampliaron las vías para acercar su alimento. Heráclito dijo que nadie se baña dos veces en el mismo río, así se podría decir que nadie pasa dos veces por la misma ciudad.
Para el caso de Manizales el crecimiento ha sido una de sus características desde su fundación, la ciudad crece en todo, siendo las cifras demográficas las más vistosas. De un villorrio de 234 personas en el año 1850 se ha convertido, 168 años después, en una ciudad de 424.000 habitantes, cifra asombrosa. Pero esa transformación debe tener unas reglas y unas leyes que conduzcan el desarrollo por una senda sana, haciendo que el caos no se apodere del objeto. Determinar esas leyes le corresponde a las ciencias sociales y para verificar esto se requiere de una serie de herramientas que ayuden a captar la cuestión, como una instantánea, para poder investigar. Así que el crecimiento humano está estrechamente ligado al desarrollo de las ciudades. Siendo tan vertiginosa la expansión debe surgir la pregunta ¿en cuál Manizales vivo? Y esta pregunta potencializada debe ser ¿cómo planifico el desarrollo de una ciudad si esta está en continuo cambio?
La ciudad debe entonces empezar por elaborar unos archivos donde esta evolución se pueda recolectar para posteriormente detectar en cuánto cambió. En lo urbanístico se debe establecer una norma que exija que cada demolición sea documentada. Se debe elaborar un archivo fotográfico de la calle y de la propiedad, los datos técnicos del bien, recolectar los datos de sus habitantes y sus historias elaborando una mini reseña de ocho páginas. Esta norma debe abarcar todo el municipio, no solamente el centro histórico, porque la periferia en una cierta cantidad de años también se convertirá en historia y se debe tener un registro completo. Estas historias las pueden elaborar las ONG dedicadas al tema patrimonial como la Fundación Patrimonio: Pasado, Presente y Futuro, la Asociación Cívica Centro Histórico de Manizales, el Centro de Estudios Históricos de Manizales o la Academia Caldense de Historia que a la vez les sirve de forma de financiación de estas asociaciones tan importantes en el ámbito de la cultura local. Hablar de una tarifa que oscile según tamaño de la construcción entre $300 mil a $500 mil.- no creo que sean cifras desmedidas para un proyecto de construcción que aglutina millones de pesos de costos y de ganancias. Esta información sería archivada en físico y en medio digital que le den acceso a la ciudadanía y por qué no, un acceso tal que permita ampliar la información de la historia de la casa agregando otras vivencias que el primer investigador no encontró. En pocos años tendríamos la huella de ese cambio y podríamos empezar a sacar conclusiones sobre documentos ciertos que sirvan para hacer de Manizales una ciudad próspera y justa.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015