En virtud de que aún no está prohibido soñar, ni por ello se paga el enojoso IVA, se nos antoja que los mandamases celestiales están en mora de ordenar la convocatoria de una sucursal de alto turmequé de la desaparecida agrupación “Cantares de Colombia” en los dominios de San Pedro.
Nos late que el Cielo ya cuenta entre sus huéspedes con muchas figuras de nuestro frondoso catálogo bambuquero dispuestas a darle el sí a esta utópica iniciativa que de pronto imitarán, por derecho propio, los argentinos con sus tangos y milongas y los mejicanos con sus corridos y huapangos.
A la cabeza de los últimos intérpretes llegados del país más esquinero de América Latina figura el organista Jaime Llano González, quien estará dispuesto a compartir batutas con el pianista Oriol Rangel, su compañero de teclados, atriles y partituras en pretéritas épocas en las que la radio difundía sin tacañería el folclor colombiano. Si la función es a otro ritmo o compás, allá también están disponibles los tropicalísimos directores Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Edmundo Arias, Clímaco Sarmiento y Pedro Laza.
Veamos el superávit de duetos y tríos colombianos listos para acudir a los imaginarios ensayos del coro celestial: Obdulio y Julián, Espinosa y Bedoya, Pelón y Marín, Ospina y Martínez, Wills y Escobar, Briceño y Añez, los Hermanos Hernández, Garzón y Collazos, el Dueto de Antaño, Ríos y Macías, los Hermanos Martínez, el Dueto Tiscayá, Gómez y Villegas, el Trío Primavera, las Hermanas Rendón, Emeterio y Felipe, Luciano y Concholón y la mitad de Silva y Villalba, Hernando y Yesid, Germán y Leonel, Posada y Calle, Pérez y Pérez, Pineda y Pérez, Bowen y Villafuerte, el Trío Los Romanceros, Los Pamperos y de ñapa el Quinteto de don Álvaro Dalmar.
De solistas para el Coro hay para dar y convidar: Carlos Julio Ramírez, Luis Macía, Lucho Ramírez, Alberto Osorio, Jorge Ochoa, Gustavo López, Alberto Granados, Jairo Villa, Nelson Pinedo, Conrado Cortés, Régulo Ramírez, Julio César Alzate, Alba del Castillo y Hernando González, las Hermanas Zamudio, Bob Toledo, Raúl López, Pepe Quintero, Lucho Yepes, Chucho Vargas, Luis Ángel Mera. Y que no falten las luces autorales de Carlos Vieco, Luis A. Calvo, Tartarín Moreira, José A. Morales, Eusebio Ochoa y su hijo Héctor, el de El camino de la vida.
A los críticos que no faltarán les daremos la razón cuando digan que en este sueño llega multiplicada con creces la “Milonga Celestial”, de Ángel Greco (“Garrote”) magistralmente interpretada por Alfredo de Angelis y Roberto Mancini.
El acucioso historiador musical Jaime Rico Salazar nos cuenta en la página 83 de su Diccionario de la canción popular en Colombia cómo nació hace 60 años la espléndida masa coral que evocamos ahora: “Un agrupación musical extraordinaria, fuera de serie, fueron los coros Cantares de Colombia que organizaron los cantantes Jorge Ochoa y Gustavo López con Sonolux en Medellín en la década de los 60 con la dirección del maestro León Cardona. Y por supuesto se merecen un capítulo especial en la historia de la canción colombiana por la belleza y la ejecución impecable de grandes voces que tuvimos en nuestro país, bajo la dirección sabia de uno de nuestros grandes compositores y arreglistas, el maestro Luis Uribe Bueno, arquitecto pródigo y prestigioso de este mosaico musical. Un repertorio escogido con buen gusto, muy representativo de la canción colombiana, interpretado con una fidelidad rítmica deliciosa, con una dinámica extraordinaria que se aparta de los clásicos coros lentos y monótonos que estamos acostumbrados a escuchar”.
A renglón seguido, el musicólogo oriundo de Anserma, Caldas enumera los 70 artistas que durante su permanencia en las nutridas y bien afinadas filas de “Cantares de Colombia” grabaron diez discos de larga duración, en los que incluyeron 120 canciones antológicas.
La apostilla: Si la temible Pelona (la misma que los paisas suelen llamar “María Pareja Segura”) continúa desbaratando duetos serenateros como los de Silva y Villalba y Hernando y Yesid, la inseguridad reinante en las ciudades acabará de dar al traste con las serenatas galantes que hacían levantar en las madrugadas a las novias a seguir discretamente las incidencias del homenaje musical a través de sus persianas.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015