El 7 de septiembre del presente año, escribí una columna a la cual denominé “Imposible Vivir Así” y donde relataba la breve historia de los 55 años de origen del odiado y regresivo impuesto a las ventas. Ahora, con la ruidosa reforma tributaria del enigmático presidente Duque, quien se hizo elegir prometiendo entre otros, la rebaja de impuestos y cuestionando seriamente el aumento del IVA, la historia continúa. Con un claro mensaje amnésico, Duque actúa contra sus propias posturas y pone a hablar al país.
Del Congreso poco se puede esperar, empezando por el presidente del Senado y donde a pesar de los compromisos, enterraron los proyectos de ley de lucha contra la corrupción, prefiriendo defender como si fuera un santo a Carrasquilla. La reforma tributaria, se viene quedando sin defensores; ya no se escuchan las voces de concejales, diputados y congresistas que a capa y espada defendían las propuestas del ahora Presidente. Hoy ni ellos se lo creen, y con el fantasma de Judas Iscariote rondando sus cabezas, han optado por hacerse la del avestruz.
Los gremios, por su parte, hacen la tarea, son organizados y ya asumieron algunas posiciones frente a la reforma, por fortuna dejando clara la inconveniencia de gravar los productos básicos de la canasta familiar. Mientras tanto los ciudadanos y consumidores, han de trasegar por el camino de la ignorancia y de la apatía de organizaciones que supuestamente velan por su defensa. Como bien lo ha advertido “Manizales como vamos” los ciudadanos tenemos una precaria capacidad de pertenecer a algún tipo de organización cívica o de participación democrática y parte de la responsabilidad la tienen los placebos libros de superación “personal” que buscan enaltecer solo la condición individual del ser humano (¡actitud positiva!). No venden libros de superación colectiva, ahora que tendrán IVA.
Ahora más que nunca, cobra fuerza la idea del senador Antanas Mockus, quien propone que a la expedición de las leyes se agregue una palabrita que diga, además del famoso Publíquese y cúmplase, la de explíquese. Con este lamentable proyecto, queda en evidencia la existencia de una ciudadanía desinformada, ignorante e ignorada, y que de no ser por la actitud responsable de algunos medios de comunicación, de unos pocos líderes políticos y de las redes, no podríamos conocer el alcance y contenido de las 183 páginas y los 311 artículos que componen la inequitativa reforma.
A todas estas recordé que los castigados contribuyentes comunes y corrientes, huérfanos por naturaleza, cuentan con un defensor nato: “Tal Cual” el protagonista del “Boletín del Consumidor”. El problema es que nadie lo ha vuelto a ver, anda desaparecido y en la página de la Confederación Colombiana de Consumidores no dan razón de él, incluso nada dicen sobre la reforma tributaria y eso que el objetivo de dicha entidad es “la defensa de los derechos de los consumidores y la lucha contra el incremento del costo de vida”. Dicen que “Tal Cual” no es un funcionario de esa Confederación sino un colombiano más; lo que hemos podido averiguar, es con la ganada de Duque lo tienen trabajando en la oficina de PQR´s de la DIAN y que por eso no ha podido decir nada, pero cuentan los chismes que está que se habla y que posiblemente se convertirá en asesor del inexperto viceministro de Hacienda Luis Alberto Rodríguez, luego de la paliada que le pegó Julito en la W, pues con la enredada de su jefe Carrasquilla con los famosos bonos del agua, le tocó “frentiar” la vuelta de la improvisada reforma tributaria (como le hacen ese mal a ese muchacho). ¡Tal Cual!
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015