Esteban Jaramillo

LA PATRIA | Bogotá

Encendidos los carteles promocionales para el partido del Once Caldas con Santa Fe. No son exagerados porque el duelo se ve atractivo. En el centro de la escena la posibilidad de acceder a semifinales del torneo que da Copa Internacional.

El Once se ve bien, a pesar de la ausencia de Londoño. Corazón le sobra, como lo demostró el sábado ante Millonarios, rudo rival, con un árbitro permisivo y en contra. Tres penaltis a favor y ninguno sancionado. (De Fariñez, Figueroa y Cadavid; los dos últimos pegan con placer) Hasta ahora hay reserva física, ante el ajustado calendario; su defensa en el centro es un muro, aunque preocupan las debilidades laterales. Siempre fuera de la jugada, desviado el foco de atención o con posicionamientos equivocados. Dolor de cabeza del entrenador.

El Once tiene buen juego. Se asocia a través de la pelota, con movimientos que empiezan desde el arquero. Las fallas esporádicas en la circulación del balón, por errores en los pases, las corrige con inmediatez, para retomar el formato que lo ha llevado a la cima. Fórmulas alternativas requiere Bodhert para evitar la presión alta de los cardenales.

Santa Fe está en aprietos cerca de su portero Zapata, un atajador, a propósito, sin control de área. (Castellanos el titular afronta larga incapacidad). La venta de sus más emblemáticos defensores, en los últimos años, Mesa, Mina, Tesillo, entre otros, ha dado vulnerabilidad a la que era su preciada fortaleza. El cobro de infracciones, balón parado, sigue siendo su renta. El soporte de marca está en el medio con Gordillo, Baldomero Perlaza y Roa, como respaldo a una defensa en la que la idea es improvisar a Balanta como central izquierdo ( Es lateral, con escasos recursos en contención y anticipo) al lado de Urrego, experto en derrapar en el ultimo control, de Mosquera un ágil y rápido lateral de poca fibra combativa y Herrera, juvenil izquierdo en formación. Complemento serán Seijas y Morelo, su goleador. Por ahí ronda buscando pista Carmelo Valencia.

El Once, acostumbrado a pelear metro a metro cada partido, tiene la opción servida, con sus conocidos argumentos emotivos, que reclaman una noche con buen fútbol y favorable resultado. A Santa Fe, hasta el último minuto, no lo den perdedor por su espíritu combativo.