El trabajo es el pincel con el cual cada ser humano expresa su inteligencia y amor; se convierte en parte de la historia que cada uno va escribiendo dando lo mejor de sí mismo en bien de la colectividad, del todo.
El trabajo tiene su vitalidad en el trabajador, él o ella, que construye expresiones de progreso, belleza y bienestar; gracias al trabajo el sucederse de las horas quiebra la monotonía y lleva al sentimiento de utilidad, creatividad y ganancia para el pan de cada día.
La Biblia reconoce la grandeza del trabajo al describir a Dios desde el Génesis como el que trabaja, como el que descansó después de ardua tarea de la creación entregada al hombre para su sostenimiento y progreso; desde allí podemos afirmar que el trabajo no es condena o degradación porque nos lleva a la semejanza con Dios.
Enmarca la santa Escritura el trabajo en la figura definitiva de Jesús de Nazareth, presencia vital hecha historia de Dios; ya en Nazareth es descrito como "el carpintero, el obrero, el que trabaja", yendo desde pequeño con el cántaro de barro a traer el agua de la fuente cercana, aprendiendo con José el arte de la carpintería y posiblemente dando sus cercanías a las faenas de ser pastor de ovejas y pescador desde las barcas de los alegres apóstoles que escogió y llamó para compañía.
Singular la descripción narrada por San Juan en su evangelio en el capítulo veintiuno donde muestra a Jesús preparando el desayuno para sus discípulos en la playa con pez y pan, tiznando con brasas sus manos y con la sonrisa abierta invitar "vengan a comer". Alguien ha descrito esta escena como "el Dios de delantal", figura conquistadora por su encanto de sol, playa, ruidos de mar y cantos de pescadores.
La verdad es que sí hay que revisar los llamados salarios, o pago por los espacios de trabajo, que a veces tienen escenas de injusticias, desafueros o distancias increíbles que alejan las posibilidades de acuerdos laborales.
Mientras tanto agradecemos hoy a los trabajadores, tantos y tantas que desde el cuarto de un hogar, los muros de inmensas fábricas y hasta el escenario del espacio hacen brotar un himno de belleza y progreso.
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