La Universidad de Caldas sigue siendo un patrimonio público y del conocimiento de la región, a pesar de que ha tenido que afrontar los impactos negativos de la política pública de educación superior del país, materializada en la Ley 30 de 1992 y desarrollada en programas que fomentan la segregación y la privatización como Ser Pilo Paga.
Hoy, la universidad adelanta el proceso de elección de rector en medio de dificultades estructurales, fruto de la desfinanciación estatal progresiva, que obliga a la institución a poner 3 de cada 10 pesos para su sostenimiento, y que origina un déficit anual de más de 12 mil millones de pesos. La contienda se da, sin embargo, en un ambiente de diálogo y apertura de espacios democráticos de deliberación y decisión, resultado de la tenacidad de los movimientos universitarios de los últimos años y del talante pluralista del rector Felipe César Londoño, que tanta falta hizo durante la anterior administración.
Pese a que bajo la actual rectoría la mayoría de los decanos fueron designados respetando la decisión de la comunidad académica, la elección del rector sigue estando bajo la órbita del Consejo Superior Universitario, que posee una injerencia definitiva del gobierno. Que la elección de la máxima autoridad de la institución se realice por un órgano con mayorías externas sigue implicando una amenaza contra la autonomía universitaria, la cual debería superarse en algún momento, bien sea por reformas legislativas o por decisiones internas que garanticen plenamente la democracia interna.
Otro elemento que hace peligrar la autonomía es precisamente la falta de apoyo estatal en términos financieros, ya que el impulso a la consecución de recursos propios, no como alternativa para aumentar las inversiones sino como única opción para poder ajustar los pagos de nómina, el mantenimiento de infraestructura y la dotación de aulas, entre otras necesidades prioritarias, socava las bases de este principio constitucional y ha servido como pretexto para incrementar el valor de las matrículas o firmar convenios perjudiciales para la institución.
El último y latente riesgo que afronta la autonomía en la Universidad de Caldas es la posible influencia de grupos políticos tradicionales en el proceso de elección de rector. Pasadas las elecciones del 11 de marzo, se han consolidado fuerzas políticas en la región, que al parecer pretenden controlar los destinos de la institución, por lo cual, además de batallar contra las limitaciones que le impone la actual política educativa al desarrollo de la institución, el nuevo rector deberá ratificar su independencia frente a los grupos que ven la entidad como un botín burocrático y financiero, mediante el cual pueden ensanchar su influencia y poder.
Quien quiera ser la primera autoridad de la universidad debe garantizar que no liderará los destinos de la institución bajo la orientación de ninguna casa política o movimiento partidista y debe afirmar públicamente que no recibirá apoyos sobre la base de intercambios burocráticos o promesas de puestos y contratos, toda vez que esto insertaría a la entidad en las mismas dinámicas clientelistas y corruptas que tienen al país en una profunda crisis social y política.
El próximo rector debe tener vínculos estrechos con la universidad y debe asumir una posición de liderazgo en el debate nacional para garantizar plena financiación estatal y lograr una reforma estructural en las políticas de educación superior. Asimismo deberá desarrollar un programa de gobierno que ratifique permanentemente el carácter público de la Universidad de Caldas, para, entre otras cosas, avanzar en el establecimiento de un Hospital Universitario, dignificar y ampliar las Residencias Femeninas, incrementar los servicios de bienestar, reducir progresivamente las matrículas y consolidar una planta docente ajustada a las necesidades de la institución.
Quienes hacemos parte de la comunidad universitaria y queremos que la Universidad de Caldas siga siendo un faro para la región, esperamos que el próximo rector reivindique a cabalidad la autonomía y el liderazgo de la institución.
Coletilla. Condolencias a la familia y amigos de los docentes de la Universidad de Caldas Fernando Sánchez y Jorge Budziszewski, quienes fallecieron recientemente.
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