Hablábamos del famoso Roger Pass en el estado de British Columbia de Canadá. Este paso entre las montañas sirvió no solo para el ferrocarril sino para otra obra de ingeniería también famosa, la carretera llamada Trans Canadian Highway. En la adecuación del Paso se utilizaron obreros chinos a los que se pagó muy mal y se emplearon en total de 12.000 hombres, 5.000 caballos y 300 trineos de perros. Para salvaguardar la vía de avalanchas se pusieron barreras a lo largo de 6,4 kilómetros. El sitio se ha convertido en lugar de turismo y cuenta con las instalaciones necesarias para ello. Para evitar el peligro que representa la demasiada acumulación de nieve en las laderas hay varios Howitzers, cañones de 105 milímetros, para con los disparos desbaratar los aludes. Nosotros fuimos dos veces y tuvimos la suerte de ver el paso del tren. Siempre hay turistas a la espera del acontecimiento. Acontecimiento porque siendo el convoy tan largo se lo ve salir de un túnel mientras parte de los trenes están todavía en otro de los túneles. A medida que la construcción del tren se iba completando la misma empresa construía hoteles para turistas en sitios claves del recorrido. Se trata de grandes hoteles de estilo victoriano, que existen todavía hoy luego de los cambios que los nuevos tiempos han exigido. Son así muy hermosos el Banff Springs Hotel y el Chateau Lake Louise.
Visitamos el Glacier National Park. Frente al glaciar han construido un gigantesco hotel con restaurante, tienda de souvenirs y parqueadero. Es uno de los parques más visitados. Muchos turistas se sientan en poltronas en un patio del restaurante y desde allí contemplan la inmensa masa de hielo y los espectaculares picos nevados que la alimentan. Un caminito lleva a los visitantes hasta el borde de la nieve. Desde la carretera pavimentada hasta el borde de nieve el caminito en tierra es bastante largo. Un mojón a medio camino indica que hasta ese punto llegaba la nieve unos años atrás. Se muestra así el descongelamiento tan fuerte de los glaciares. En el momento en que escribo esta nota llega por internet un dato triste: el descongelamiento de los glaciares del Canadá es hoy del 1.000%.
Hay turistas que no quieren caminar y pagan un servicio de buses rojos que por una carretera que avanza por la orilla del glaciar los lleva y los deposita en la masa de hielo. Para ellos, citadinos que seguramente nunca han ido a la montaña, el bajarse de un bus a pisar nieve y encontrarse en medio de una masa blanca y helada debe ser una experiencia inolvidable.
Nos hablaron de la existencia de un río rojo. Con ayuda del photoshop le han acentuado el color en las guías. Quisimos ir a verlo con el “pálpito” (miedo o susto) de que fuera más hermoso que nuestro Caño Cristales. Es el Red Rock Canyon, un río pequeño que corre por un lecho de rocas de color rojo ocre, debido este a la presencia de minerales de cobre. Es innegablemente hermoso; cuando sale el sol el color brilla aún más pero no iguala a nuestro Caño Cristales con sus cinco colores.
Carlos Andrés propuso que cerráramos nuestro viaje visitando el Mont Robson, de 3.954 metros, el más alto de las Canadian Rockies. Quedamos largo rato extasiados mirando la gigantesca y hermosa mole, sus franjas de roca, sus glaciares y neveros suspendidos y la cima que le ha valido el nombre de “montaña del sombrero de nieve”. Esta fue la última imagen, bellísima, que quedó en nuestras retinas, de este paraíso terrenal que son las Montañas Rocosas del oeste canadiense.
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