Harto hablan los candidatos a la presidencia de Colombia sobre justicia y reparación, pero siempre lo hacen bajo el marco del proceso de paz con la guerrilla de las Farc. Sin embargo, hay muchos otros casos -que el coyuntural- que también exigen justicia y reparación, y donde las víctimas somos todos los colombianos.
¿Recuerdan el Cartel del papel higiénico? ¿El de los cuadernos? ¿El de los pañales? ¿El del azúcar? ¿El del cemento? ¿El del arroz? Recuerdo que se hizo mucho ruido sobre cómo estos grupos empresariales metieron sus manos en nuestros bolsillos y nos robaron con sus maniobras comerciales desleales. Recuerdo que el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, amenazó y prometió sanciones… pero esta es la hora en que de reparación ¡nada!
Procesos similares a estas mafias de empresarios se han llevado a cabo en otros países de Latinoamérica. En Chile, por ejemplo, se descubrió el Cartel del Confort (que es el mismo del papel higiénico). Por una década -entre el 2000 y 2011- controló el 90% del mercado de este tipo de producto de la canasta familiar, y se estima que esta colusión les dejó ingresos por 400 millones de dólares.
La semana pasada el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) anunció que la empresa papelera CMPC aceptó compensar a los consumidores con el 78% de las utilidades que obtuvo en los diez años en los que estafó a la comunidad. Es un monto cercano a los 150 millones de dólares y que se repartirá de la manera más equitativa posible a todos -TODOS- los ciudadanos mayores de edad y con carné de identidad.
Un proceso engorroso pero que consiste en -mediante cruces de información y datos- girarle a las cuentas de ahorros de los ciudadanos el equivalente a 28 mil pesos colombianos. Y si no tiene cuenta, pues se debe acercar a diferentes puntos que se instalarán a lo largo del país para reparar a las víctimas. Y lo que sobre se destinará a causas benéficas.
En Colombia, sin embargo, a estos carteles empresariales los han procesado, sancionado y señalado, pero nada de reparación a las víctimas. Es que ni una panela, un rollo doble hoja, media libra de arroz, una libreta… con nada han compensado.
Traigo esto a colación porque mañana hay elecciones presidenciales y creo que es importante fijarse en qué empresarios están detrás de los candidatos. Porque así como pueden estar haciéndolo por compartir visiones similares sobre el desarrollo del país, también pueden hacerlo para dilatar sus procesos o mantener sus empresas mafiosas. Hacer como dice el candidato Sergio Fajardo: “fijarse en las fotos y en revisar los antecedentes de quien acompaña a cada candidato”.
Y no, no lo digo por apoyar al candidato del Partido Verde, pues Fajardo, al igual que Iván Duque y Germán Vargas Lleras, goza de la simpatía de los azucareros (https://bit.ly/2I1NWMF). Pero creo importante tener presente que las autoridades nos deben explicaciones sobre actos de corrupción empresarial que nos afectaron a todos y que están pendientes de dar la cara. Sus respuestas y sanciones dependerán de quien gane estas elecciones.
Mañana es la oportunidad de elegir si queremos que estas mafias sigan sin castigo o que esto cambie. Votar por lo de antes o apostarle a algo nuevo. Y ojo, nuevo no significa joven.
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