Agradecimientos
Señor director: 

Salí de una hospitalización de 20 días en el SES Hospital Universitario de Caldas y de verdad que no tengo cómo agradecer tanta amabilidad, gran servicio, profesionalismo, y, ante todo, calidad humana en todo el personal. Por algo están entre los mejores. Da satisfacción ver como el personal de servicios generales y de alimentación, auxiliares, jefes, médicos y especialistas lo tratan a uno como un familiar. No se siente el paciente en un hospital, sino como en casa. Infinitamente agradecido por el trato recibido por estas personas, situación que no solo fue para mí, la vi con compañeros de habitación que dieron el mismo concepto. Sigan así, no pierdan el camino.
Diego Fernando Hidalgo

Párroco famoso
Señor director:

Escribió don José Miguel Alzate una columna sobre el centenario de Marquetalia. En ella pide rendir “testimonio de gratitud a dos sacerdotes que marcaron su destino”, el de Marquetalia. Fueron ellos -y los menciona- los padres Daniel María López y Antonio María Hincapié.
Del padre Daniel María se conocen su vida y milagros, pues de él se ha escrito. En cuanto al padre Antonio María puede decirse que fue el civilizador, educador y catequista de la comunidad marquetona.
En efecto, fundó el colegio y la normal. Apacentó la grey durante muchos años. Los domingos, antes de la misa mayor, enseñaba la doctrina cristiana a los adultos; por las tardes entraba a las cantinas para recibir en su carriel las limosnas con las que sostenía parroquia y planteles. Se interesaba por las vocaciones. Sus armas fueron la educación, el catecismo... ¡y el zurriago!.
Dios premie a ese antioqueño de buena estatura y apreciable masa corporal, de pobladas cejas y anteojos como de fondo de botella, “siempre de negro hasta los pies vestido” con la sotana que nunca le faltó. 
Atentamente,
Observador católico

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