“Trabajar, trabajar y trabajar”

Señor director:

El trabajo es riqueza, pero la salud es bienestar. El ocio, la libertad, la tranquilidad y hacer lo que nos agrada, también lo son. Jubilar: Lat. Jubilare. Entre otros significados con cierta connotación de cesar de ejercer una profesión, también se le asignan significados con cierto matiz despectivo, que de alguna manera no enriquece ni estimula el hecho de sentir satisfacción como algo que tiene que ver con logros de justicia y plenamente realizados. Si bien para ciertas personas el trabajo es algo mortificante, tedioso e incómodo, con reiteradas frases que son huecas y poco concordantes con la lógica expresadas en conceptos como: “El trabajo es para los burros”, “Es tan maluco trabajar que hasta le pagan a uno”, “ Si el trabajo es salud, entonces que trabajen los enfermos”, y… así hasta la necedad. Otros, menos fatalistas y optimistas pensamos que trabajar dignifica, estimula y pone al ser humano como artífice de progreso, de evolución y cambio como un ser superior en la naturaleza . “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, predica la sabiduría, lo ratifica la sindéresis y lo confirma el sentido común.

El trabajo produce muchas satisfacciones a lo largo de nuestra vida: Nos enaltece como seres superiores, nos permite vivir ocupados, ser productivos, demostrar nuestras actitudes y aptitudes, fortalece nuestras relaciones interpersonales, ocupar un espacio social, desempeñar una profesión, ser personas útiles en la sociedad, ser ejemplo de laboriosidad e ingenio, construir una imagen, vivir cómodamente disfrutando de bienestar y, de paso sentirnos “importantes” en nuestro paso por la tierra. Algún autor alemán planteó la importancia del trabajo en la evolución del ser humano y en verdad que sus argumentos tienen gran contundencia e irrefutabilidad por cuanto tienen peso científico por su evidencia y visibilidad a la luz de las ramas que abordan los comportamientos humanos. Dice el ingenio poético:

Trabajo como un pollino

para vivir como un rey

trabajar es mi destino

porque camellar es ley.

El ingenio es del humano

el trabajo es vocación,

no pasar la vida en vano

ese mandato es mi misión.

Pero… todo tiene un límite, todo tiene un ciclo, un principio y un fin. No se puede trabajar toda la vida hasta morir trabajando como una manía, como una obsesión, como algo compulsivo. La empresa no se va a acabar si usted se retira a descansar, a disfrutar de su familia, de sus nietos, a hacer lo que les agrade, a gozar de las aficiones, a evitar el estrés cuando ya somos mayores y las fuerzas van llegando a su fin. Los jubilados debemos dar paso a los jóvenes que están esperando una oportunidad laboral. Entre más se trabaje, más gastos aparecen; entre más se trabaje, más posibilidades de enfermar. “Gasté mi vida trabajando y ahora gasto mi dinero tratando de recuperar mi salud”. ¡Qué insensatez!

Elceario de J. Arias Aristizábal

Sección
Fecha Publicación - Hora