Integrantes de los Bomberos, el Ejército y la Policía llenan una piscina portátil con agua para el combate de un incendio forestal hoy, en Nemocón, municipio cercano a Bogotá (Colombia)

Foto | EFE | LA PATRIA Integrantes de los Bomberos, el Ejército y la Policía llenan una piscina portátil con agua para el combate de un incendio forestal hoy, en Nemocón, municipio cercano a Bogotá (Colombia)

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A tan solo 70 kilómetros de Bogotá, la reserva 'La Chucuita' en la población de Nemocón, (Cundinamarca), vive ahogada en una nube de humo por el voraz incendio cuyas llamas están cada vez más cerca de las casas.

Una de ellas es la de Camilo José González Martínez, un ingeniero ambiental y académico en la Universidad del Bosque de Bogotá, que dijo a EFE que de no ser por la colaboración ciudadana, su casa "ya se habría quemado".

Protegido con una gorra y unas gafas de sol que esconden un rostro lleno de ceniza y sudor por recorrer la vereda cerca del fuego, González relata cómo gracias a sus vecinos consiguen mantener el fuego apartado de las viviendas.

Desde el martes por la mañana, el incendio no da tregua a los habitantes de la reserva 'La Chucuita', que se han visto obligados a sumarse a la ayuda ciudadana que trabaja "día y noche tratando de contener las llamas", cuenta González.

Mujeres y hombres con sombrero y tapabocas se ocupan de proteger su propia tierra y sus casas.

Hasta el momento los lugareños han recibido ayuda de organismos de emergencia como la Cruz Roja y Defensa Civil, pero González no comprende "por qué el Gobierno nacional no ha puesto ojos en este municipio" y no los ha dotado con un equipo de bomberos para combatir las llamas.

Una pérdida "inconmensurable"

La reserva, que antiguamente llevaba el nombre del "Alto de las Tinajas", tiene vegetación autóctona y este desastre supone, en palabras de sus habitantes, una "pérdida inconmensurable" en la fauna y la flora.

Al menos 180 hectáreas de vegetación han sido arrasadas por las llamas, pero con el esfuerzo conjunto de los habitantes del sector ha "logrado evitar que el fuego pase a las casas de la vereda", explica González.

Perros, gatos, gallinas o caballos también fueron desalojados y apartados del gran incendio gracias a la solidaridad del pueblo que se ofreció a salvarlos de la devastación.

Están haciendo "todo lo posible", pero González reconoce que no son personas capacitadas en el tema y por eso piden desesperados que el Gobierno nacional mande ayuda.

Mientras la lucha contra el fuego sigue sin pausa en varias partes de Colombia, el país espera la llegada de ayuda internacional para combatir los incendios, anunciada por el presidente colombiano, Gustavo Petro, y por el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, que sin embargo no han detallado fechas ni el alcance de la misma.

"La ayuda de Estados Unidos será fundamental para prevenir emergencias forestales y hacer frente al fenómeno del Niño en Bogotá en los próximos meses", manifestó este viernes Galán al referirse al anuncio hecho la víspera por el embajador de EE.UU., Francisco Palmieri, de que su país "está listo para ayudar" a Colombia en esta emergencia.

Las autoridades colombianas han contabilizado una treintena de incendios en diferentes partes del país esta semana, algunos de los cuales ya fueron sofocados, al tiempo que se informa de nuevos focos de fuego.

Entre los que ya fueron apagados el más peligroso, por el daño ambiental, era el del páramo de Berlín, en el departamento de Santander, que destruyó centenares de hectáreas de frailejones, una planta de alta montaña que capta la humedad de la neblina y es vital para la producción de agua potable que abastece buena parte de los pueblos y ciudades de esa región del país. 

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