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ALEXANDRA SERNA Y LUIS LÓPEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Los habitantes de las calles 25 y 25A, entre carreras 27 y 28, del barrio San Joaquín, tuvieron que esperar casi dos años para que la Alcaldía le diera punto final al problema de aguas subterráneas que hizo cerrar las vías, evacuar 14 viviendas y convertir algunos puntos en foco de inseguridad.
Unos 20 obreros e ingenieros que laboran con el contratista Álvaro Hernando Naranjo Olaya llegaron la semana pasada para preparar el área de trabajo. La principal obra se hará en un hueco de 12 metros de profundidad, que Aguas de Manizales empezó a perforar en febrero de 2011 encontrando una tubería de aguas subterráneas colapsada.
El contratista deberá intervenir tres cárcavas en San Joaquín y otra en Marmato, el costo es de $403 millones y el plazo para entregar el proyecto es el 14 de abril.
A Óscar Julio Uribe le tranquilizan las obras. "Nos van a desenbotellar, pues los carros nos van a dejar en la puerta de la casa".
A Rosa Alejandra Mejía, evacuada en septiembre de 2011 por las grietas que provocó la excavación, le es indiferente lo que allí suceda. "Ya perdimos la casa. La Alcaldía nos ofreció $92 millones, pero hicimos otro avalúo que dio $12 millones más. Es injusto, el sector se desvalorizó".
En general, los afectados de San Joaquín sienten tranquilidad con la intervención porque así se detiene el impacto negativo que han sufrido algunas casas y se evitan daños en otras viviendas, pero la principal motivación es que esperan que los delitos disminuyan.
Mery Orozco, una propietaria, expresa que "sentía mucha intranquilidad cuando tenía que salir a hacer diligencias porque me iba sin saber qué iba a pasar con mi casa". Su temor radica en que viviendas aledañas ya evacuadas por orden de las autoridades sufrieron saqueos y ahora se encuentran en ruinas; incluso algunos pobladores desocuparon los predios por este motivo.
Se suma a esta queja Luz María Granada, otra habitante. "El roto se presta para que haya delincuencia. Todos los días hay atracos y muchas veces se presentan agresiones, esa es una razón por la que me pienso cambiar de barrio", agrega.
Hay quienes señalan que el cerramiento de las obras facilitará los hurtos y que casi nunca ven a los policías.
Carlos Arturo Agudelo, secretario de Desarrollo Social del Municipio, dice que con la Secretaría de Gobierno han atendido todas las inconformidades de la comunidad, y con la ayuda de la Policía, que vigila en el sector, han hecho operativos para disminuir la delincuencia y no se sigan deteriorando los bienes en negociación.
Paula Andrea Sánchez, secretaria de Gobierno Municipal, aseguró que "San Joaquín es un barrio donde más hemos trabajado, instalamos una alarma comunitaria y organizamos un cuadrante". Anunció otra visita para reforzar las medidas.
Los habitantes esperan que en la recta final de lo que ha sido un calvario se note aún más el acompañamiento de las autoridades, y que al tiempo que avanzan en solucionar el problema de las aguas, no bajen la guardia ante la seguridad.
El secretario de Desarrollo Social del Municipio, Carlos Arturo Agudelo, informó que para comprar las casas evacuadas y desocupadas se basan en la aprobación que les dio el Concejo Municipal, además de los avalúos que hizo la Lonja de Propiedad Raíz de Caldas, dando un monto de mil 500 millones de pesos por 10 predios.
El contratista de las obras les presentó a la mayoría de propietarios el acta de vecindad, que consiste en registrar y evaluar el estado de las viviendas, para que al finalizar los trabajos se haga una nueva inspección y determinar que estas no sufran daños con las intervenciones. Aún no se tiene claridad de qué uso le dará el Municipio a los lotes.
Aunque hay habitantes que esperan que el ruido por las obras en San Joaquín no los moleste, Rosalba Ramírez expresa su alegría. "El ruido es lo que menos importa, me da satisfacción ver que ya hay gente trabajando; solo quiero que lo hagan lo más rápido posible, que quede igual o mejor como estaba antes" expresa.
Rosalba tiene en su casa una tienda y es uno de los tres comerciantes más afectados económicamente con el cierre de las calles 25 y 25A que generó el roto. "Se disminuyeron las ventas en el negocio, hay días en que no vendo ni mil pesos", dice angustiada.
Luz Mery Álvarez, propietaria de vivienda
Me puse muy contenta con las obras, pero no he visto a la Policía. A una inquilina casi la atracan en la puerta de la casa.
Fernando Valencia, propietario de vivienda
Ya sé qué van a hacer y estoy tranquilo, además he visto policías. Si tumban las casas y hacen un parque, ahí sí se forma una guarida de ladrones y consumidores de droga.
Gilberto Cardona, propietario de una carnicería
El problema es que la malla solo dejó un andén libre, que se va a volver un atracadero fijo.
Fotos | Luis López | LA PATRIA
En dos cárcavas del barrio San Joaquín (calles 27A y 28 con carreras 27 y 28) y en otra en el barrio Marmato, junto a la subestación de la Chec (foto), perforarán el terreno para canalizar aguas subterráneas y reducir la erosión. Instalarán tuberías verticales, que saldrán de la calle (especies de chimeneas) para liberar la presión del terreno.
En la calle 25A, entre carreras 27 y 28, la contratista Lucía Dussán reparará el alcantarillado y el pavimento. A esta vía se había desplazado el tráfico de la calle 25, por el roto, y aunque la cerraron en la parte superior, aún pasan motos.
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