Cantos a la vida. Libro de poesías. Reconocimiento.
Luis Fernando Rodríguez
LA PATRIA | MANIZALES
Héctor Cataño Trejos, compilador y amigo del poeta Daniel Echeverri Jaramillo, dedicó el número 14 de la Revista Salamina Histórico al maestro salamineño, con la publicación del libro Poesía, ensayos-crónicas y la Muñeca Mágica, que se presentó el 26 de diciembre en la Fundación Escuela Taller de Caldas en Salamina.
"La esencia de mi poesía radica en los vivos sentimientos esenciales y en el pulcro y cuidadoso respeto por el idioma, para que con este logre expresar la honda sensibilidad que se esconde en los poemas", aseguró Daniel Echeverri en la entrevista que le hizo Héctor Cataño Trejos para el libro Poesía, ensayos-crónicas y la Muñeca Mágica.
Poeta y jurista
Daniel Echeverri Jaramillo nació el 31 de julio de 1908. De niño fue a la escuela que regentaban las Hermanas de la Presentación. Parte de sus estudios de bachillerato los hizo en el Instituto Salamina y los terminó en el Instituto Universitario de Manizales. En 1941 se graduó como abogado en la Universidad Nacional de Bogotá.
Mientras estudiaba su carrera ocupó cargos en la Procuraduría General de la Nación y en un juzgado en la Contraloría. Trabajó como secretario en la Dirección de Extensión Cultural y Bellas Artes donde hizo amistad con artistas. Escribió glosas líricas para LA PATRIA con el seudónimo de DEX.
En 1984 la Imprenta Departamental de Caldas publicó su obra, compilación con sus mejores poemas, escogidos por sus amigos. En 1995, durante la inauguración de Manizales, un libro abierto durante los III Nuevos Juegos Florales, se publicó por segunda vez su obra de teatro en la revista Salamina Histórico.
Fue alcalde de Salamina. Después de jubilarse se radicó en su pueblo natal, donde murió el 18 de junio de 2002.
Daniel Echeverri Jaramillo fue condecorado por la Rama Judicial, el Instituto Caldense de Cultura y el Congreso de la República.
Su sobrino Luis Carlos Villegas Echeverri, actual Ministro de Defensa, dijo durante la imposición póstuma de la medalla del Congreso de Colombia en el Grado de Gran Oficial: "Numerosas razones existen en este recinto, para la emoción del corazón y para poner en marcha los más escondidos y gratos recuerdos".
Pasión y memorias
"Como compilador actué con entera libertad. Mi personaje procedió y opinó conforme a su cultura y criterio. Amplio en sus apreciaciones y bondadoso en facilitar su trabajo. La presentación a manera de memoria literaria o testimonio, contiene en estructura, formas del pensamiento, vida y forma de un personaje que vivió en el mundo de la ensoñación y en él, el mundo fue su escuela permanente, puesto que fue un verdadero enamorado de la vida, un respetuoso de la opinión y un cultivador de las buenas expresiones como materialización de su forma espiritual", dijo Héctor Cataño Trejos, quien destacó a través de las publicaciones de su Salamina Histórico, revista creada en 1993, la vida y obra de pensadores e hijos ilustres de Salamina.
Poemas
Elegía a la muerte de una abeja
Se le ha muerto a la escala musical un sonido,
un galán a la rosa, una gota al panal,
al telar de la brisa se le ha perdido un hilo,
una rubia lanzadera de miel no vuela mas.
Cuando la abeja reina este llamando a lista
habrá un breve silencio en su cortejo real,
pero los fieles cirios, memorando sus alas,
tibias gotas de cera por ella lloraran.
Paseo en el jardín
Sobre el móvil pentagrama de los juncos
Corcheas de cristal prende el roció,
y clamorosa de color y aroma
va la trompetería de los lirios.
Pespuntando hilos lentos sobre el musgo
Devana el caracol su tenue ovillo,
y en la arena crujiente del sendero
nuestras huellas y pétalos caídos.
Saudades
Dijo mi padre: demos sal al ganado
y fue echando en la grama puñaditos de sal…
El mundo entró a mis ojos aquel día
con su arrebatadora inmensidad.
Bajaba de los páramos silbando alegre el viento;
prendían las cometas remiendos al azul;
los bravos gavilanes rompían el silencio
y huían las torcazas en loca multitud.
Miré entorno. A lo lejos
Gregorio García sembraba el maíz.
Contábamos las reses eran solo dieciocho
y un ternerito pardo que había nacido allí.
Y mi padre en el centro de ese mundo infinito
y yo a la tierra atado desde tan breve instante:
fui árbol, piedra, rio, y un puñado de sal.
Oí cantar mi gallo; vi temblando a los robles
y me puse a temblar.
El niño rio Pocito jugaba con los niños
y tenía tanta fuerza que los hacía caer
pero después rogaba con su voz cristalina
que gozosos volvieran y jugaran con el…
Era yo del paisaje y el paisaje era mío:
mi monte, mis estrellas, mi caballo, mi rio;
mía la inmensidad.
Y otros pies van pisando la grama de mi infancia.
Oh corazón amigo que en el pesar me asistes
y estuviste conmigo en los mejores días:
para los ojos tristes
qué bellas son las lejanías…
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